Por: Florencia Badtke Oyarce, profesional del Programa Fonoinfancia, Fundación Integra.
A 12 años de la declaración del “Día Internacional de la Felicidad”, nuevamente tenemos la oportunidad de reflexionar en torno a cómo los países, a través de sus políticas públicas, podrían proyectar y materializar acciones que resguarden las condiciones necesarias para que toda la comunidad pueda experimentar libre y plenamente la felicidad.
Por medio de ambientes bientratantes, respetuosos y dignificantes a nivel social, cultural, laboral, educacional y familiar, el ser humano podría experimentar las diversas emociones que lo constituyen, permitiendo así interacciones saludables que conducen a un bienestar personal y social.
Si bien el ser o estar feliz es algo propio y único de cada persona, al considerar la felicidad como un valor universal, somos convocados a pensar en ella como algo que merecemos y que podríamos intentar cultivar. Esto, cobra especial valor al detenemos a conversar sobre la felicidad y la niñez, cuya relación va más allá de momentos de diversión, logros, risas o juegos.
Por ello, es válido preguntarnos: ¿Facilitamos las condiciones para que la felicidad se haga presente en niñas y niños? ¿Contamos con lo necesario para promover este propósito? ¿De qué manera nos sumamos en las experiencias de niñas y niños para garantizar su felicidad?
La manera en que niñas y niños experimentan la felicidad está profundamente influenciada por su entorno,especialmente por cómo se les acompaña a lo largo del proceso de crianza, factor determinante en su aprendizaje de las emociones. En síntesis, los primeros años de vida son cruciales, ya que son los cimientossobre los cuales se construirán las habilidades emocionales de cada persona.
Aquí las madres, padres y adultas/os en general juegan un papel esencial en la creación, promoción y protección de ambientes propicios para el bienestar emocional de niñas y niños. Fomentar su autonomía emocional les permite identificar y expresar sus emociones, a pedir ayuda cuando la necesitan y a reflexionar sobre lo que sienten.
También, les permite construir una relación sana con la felicidad y otras emociones, en vez de perseguirlas como un ideal inalcanzable. Se debe ver como algo que se construye día a día por medio de las relaciones, las experiencias y la comprensión de sí misma/o.
Una niña o niño que tiene la posibilidad de experimentar la tristeza, la rabia o la ansiedad, así como la curiosidad, alegría, entusiasmo y que es acompañada/o respetuosamente en el reconocimiento, comprensión y aceptación de todas estas emociones, es una niña o niño que podrá ser capaz de experimentar la felicidad de forma profunda y auténtica.
El Día Internacional de la Felicidad nos invita a celebrar los momentos alegres y también a valorar y acompañar el proceso de crecimiento emocional desde la niñez, tomando conciencia de que adultas y adultos podemos influir en este proceso. Al hacerlo, no solo fomentamos el bienestar de niñas y niños, sino que contribuimos a que experimenten un desarrollo saludable, contribuyendo así a construir y conformar ambientes suficientemente sanos, donde sea natural entender y vivir con la amplia gama de emociones posibles, de las cuales la felicidad será solo una parte del viaje.
Si las familias tienen dudas sobre este u otros temas, en Fonoinfancia pueden encontrar un espacio seguro, donde un equipo de psicólogas y psicólogos podrán orientar. Expertos en temas de crianza, están disponibles de 08:30 a 19:00 en el teléfono 800 200 818 o el chat en www.fonoinfancia.cl.