Por: Christian Slater Escanilla, coronel (R) del Ejército de Chile.
La reciente decisión del Gobierno de Argentina de dejar sin efecto el Decreto 457/2021 —que pretendía una inadmisible “administración compartida” del Estrecho de Magallanes— constituye un paso correcto y coherente con los tratados vigentes entre ambos países. El reconocimiento del error por parte del presidente Milei no solo demuestra respeto al derecho internacional, sino también voluntad de corregir la imprudencia de la administración anterior.
Dicho eso, y valorando los esfuerzos de Milei por recuperar una Argentina en crisis, Chile no puede desactivar sus alertas.
El aumento del gasto militar trasandino, la ofensiva político-comunicacional sobre la Antártica y la Plataforma Continental, y la ambición de proyectarse hacia el Pacífico deben observarse con atención. La historia nos enseña que el Estrecho de Magallanes ha sido, es y será un punto estratégico.
Como escribí en mi blog, en septiembre pasado, “para bien o para mal, nuestras relaciones con Argentina serán distintas”. Hoy, ese diagnóstico se confirma.
Chile debe mantener la diplomacia, sin ingenuidad.