lunes, abril 28, 2025

La Administración de Justicia

Debe leer

Un buen analista me dijo el otro día que “una cosa es la ley, y la aplicación de las leyes….y otra es la Justicia; el Derecho; y su administración”.**

Ciertamente hay una relación.

Una relación compleja; contradictoria; que en Chile, históricamente, tiene profundas grietas y dolorosas experiencias que van desde la violación a los derechos humanos de primera generación, partiendo por el derecho a la vida,y los de segunda y tercera generación, entre los cuales se encuentran los salarios; la vivienda; la educación; el medioambiente.

En Chile, no hace mucho tiempo histórico, integrantes de la Corte Suprema, amparándose en “las leyes”, negaban la existencia de las y los detenidos desaparecidos.

El manto de la ley

Del mismo modo, amparándose en “las leyes vigentes”, rechazaron miles y miles de recursos de amparo y protección, que podrían haber ayudado a salvar vidas.

Así, también, bajo el manto de “las leyes”, se rechazaron demandas, existencias, materialidades de pervivencia, en fin, una historia larga y profunda de injusticias y de ausencia de Derecho.

Por eso, en la actualidad, amparándose en “las leyes”, es bien peligroso para la condición humana reguardar todo tipo de comportamiento que, en los hechos, rompe y violenta el ETHOS que el país requiere, básicamente.

Más, cuando, en el marco del sistema del Poder Judicial y la Administración de Justicia, se reiteran acciones y hechos que se alejan mucho y con extremo peligro del intento, siquiera, de la Justicia y el Derecho.

Las instituciones NO siempre funcionan

No es cierto, objetivamente, que en Chile “las instituciones funcionan”, cuando se hace referencia a las que se ubican en el sistema de Administración de Justicia, especialmente tribunales; cortes; fiscalías.

La reforma procesal penal, en el marco de un acuerdo político entre concertación y derecha, estableció muchas de las formas y contenidos que hoy se aplican, por ley, y que permiten las filtraciones; la influencia descarada. Y, lo peor, es que esa reforma procesal penal se hizo al amparo de darle al sistema judicial chileno un rasgo moderno y alejarse de las violaciones a los derechos humanos.

Ciertamente, hay en curso, a pesar de décadas, no pocos procesos que han ido lentamente avanzando hacia el esclarecimiento y sanción jurídica a violaciones a derechos humanos.

Pero queda mucho, mucho.

Sin embargo, en áreas referidas al poder económico; al poder político de las elites; a los abusos y a la persecución política que adopta la forma de judicialización, esto sigue igual, y tal vez peor.

Todo poder del estado está sujeto a la relación con otros poderes; con la sociedad; con sus contradicciones.

Pero, en el caso de la Administración de Justicia, esto adquiere una categoría y expresión ética profunda.

Dos estudios en el año 2024, demostraron que la mayoría ciudadana considera que existe “justicia para ricos, y otra justicia para pobres”; y que “hay desigualdad frente a la justicia”.

Para una sociedad que se dice “democrática”, esto es un asunto de fondo.

Chile necesita, con urgencia, cambios de forma y fondo en este sentido.

**Juan Andrés Lagos, es periodista, académico y encargado de comunicaciones del Partido Comunista de Chile.

- Publicidad -
- Publicidad -spot_img

Lo más reciente

Dos marinos heridos tras caer desde helicóptero en Concón

Durante la tarde de este lunes, se reportó un accidente aéreo en Concón, en la región de Valparaíso, en el que...

Los destacados del día