Por: Claudia Barahona Chang, apoderada y presidenta de primero básico de la Esc. BVM.
La educación es un derecho fundamental consagrado en nuestra Constitución, derecho negado a las alumnas de la Escuela Benjamín Vicuña Mackenna, ubicada en Santiago Centro, dada las condiciones de insalubridad alarmantes que han tenido que enfrentar.
Una plaga de roedores, panales de abejas dentro del recinto y otras deficiencias estructurales han puesto en jaque la seguridad de la comunidad escolar, obligando a los docentes y asistentes de la educación a suspender sus actividades en resguardo de su dignidad y salud. Todo esto, debido a la incapacidad del sostenedor para dar una solución adecuada.
La grave situación ha sido expuesta y notificada a la I. Municipalidad de Santiago, encabezada por el alcalde Mario Desbordes.
Sin embargo, su actuar ha sido más que ineficiente. Comenzamos el año escolar con un paro de profesores debido al no pago de bonos legales a las funcionarias durante tres meses.
Tras una breve semana de clases, las niñas nuevamente vieron interrumpido su derecho a la educación, esta vez por una plaga de ratones y la presencia de panales de abejas, sin que hasta la fecha se hayan implementado soluciones efectivas para erradicar el problema.
El impacto de este accidentado inicio de clases en la comunidad escolar ha sido significativo.
No solo porque las estudiantes deberán recuperar clases debido a la ineficiencia de su sostenedor, sino también porque se les ha negado el derecho a la alimentación. La escuela cuenta con jornada completa desde prekínder hasta 8º básico, con dos cursos por nivel, y la mayoría de sus alumnas son beneficiarias de la JUNAEB, lo que significa que dependen del establecimiento para recibir su almuerzo diario.
Además, la reducción de personal ha generado un escenario crítico: las estudiantes del primer ciclo básico no cuentan con asistentes de la educación en aula, a pesar de que el colegio es de excelencia académica y cuenta con un Programa de Integración Escolar (PIE). A esto se suma que solo hay tres auxiliares de aseo para todo el establecimiento.
La negligencia en la gestión de esta crisis es inaceptable: representa una amenaza directa al bienestar de la comunidad educativa.
Ante esta situación, la dirección y las trabajadoras, han determinado la suspensión de clases y toda actividad del establecimiento, debido a la falta de soluciones efectivas por parte del municipio. Esta decisión no es un acto de protesta, sino una medida desesperada para proteger la salud de sus estudiantes y trabajadoras.
Urge que el Ministerio de Educación (MINEDUC) y el Ministerio de Salud (MINSAL) tomen cartas en el asunto.
La desratización, la eliminación de los panales de abejas y la reparación de la infraestructura (baños) deben ser inmediatas y efectivas. Las estudiantes y trabajadores merecen condiciones dignas y seguras para desarrollar el proceso educativo, sin que su integridad física y su salud estén en riesgo.
La Escuela Benjamín Vicuña Mackenna no puede seguir siendo víctima de la desidia y el abandono del municipio y, por ende, del Estado. La educación no se trata solo de aprender contenidos, sino de garantizar espacios adecuados donde las niñas puedan crecer y desarrollarse en un entorno seguro, armonioso y con los cuidados necesarios. Ellas son el futuro de nuestro país.
Hoy, más que nunca, la Escuela Benjamín Vicuña Mackenna (BVM) necesita del apoyo de la opinión pública. No podemos permitir que la salud y la dignidad de nuestras niñas y su comunidad sigan en riesgo. Exigimos a las autoridades comunales y gubernamentales asuman su responsabilidad y solucionen de manera inmediata esta nefasta crisis sanitaria.
No permitiremos que la educación de nuestras hijas siga siendo vulnerada ni que se juegue con su bienestar.
Como integrante de la comunidad escolar del BVM nos mantendremos firmes en las demandas, hasta que se garanticen condiciones dignas y seguras para todo el establecimiento educacional.