- A diferencia del plástico tradicional, estas nuevas alternativas se descomponen en menos de 6 meses, llegando a convertirse en un modelo de producción más responsable que favorece la economía circular y el cuidado del planeta.
¿Qué pasaría si pudiéramos reemplazar los plásticos de un solo uso por una opción más ecológica y sostenible? Los productos compostables están demostrando ser la respuesta. Hechos a partir de recursos naturales como el bagazo de caña de azúcar, almidón de maíz y bambú, estos materiales se descomponen rápidamente sin dejar residuos tóxicos, mejorando la calidad del suelo y la reducción de la contaminación, lo que refleja un mayor compromiso con la economía circular y el tránsito hacia un futuro más limpio y responsable.
Así, si se piensa en una bolsa, que es uno de los elementos más comunes, las diferencias son notorias. Mientras una elaborada de plástico puede tardar hasta 400 años en degradarse, las compostables se descomponen en menos de 6 meses. Además, no generan microplásticos, una amenaza creciente para los ecosistemas y la salud humana; escenario que la ONU ha advertido al señalar que cada año 9 millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos, convirtiéndose en un problema que los productos compostables pueden ayudar a mitigar.
Jorge Leiva González, jefe de la Carrera de Ingeniería Civil en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), comenta que estos materiales se descomponen por completo bajo condiciones controladas de compostaje, llegando a transformarse en materia orgánica que enriquece el suelo en medio de un proceso natural y eficiente que no solo aminora la acumulación de desechos, sino que también promueve un ciclo saludable para el medio ambiente.
Otro punto que resalta el académico es el origen de este tipo de materiales, ya que los productos compostables provienen principalmente de recursos vegetales o naturales, lo que reduce la dependencia de combustibles fósiles y fomenta una economía más sostenible. “Elegir productos compostables no solo es una decisión alineada con la reducción de la huella de carbono, sino también evita la contaminación por plásticos y apoya la salud pública al eliminar aditivos tóxicos. También se integran en sistemas de compostaje, cerrando el ciclo de vida de manera ecológica, mientras los plásticos convencionales se acumulan por años en vertederos”, precisa el experto, añadiendo que el impacto de esta tendencia también se refleja en la calidad del suelo al generar compost rico en nutrientes, junto con ayudar a mitigar el cambio climático al producir menos gases de efecto invernadero en comparación con los plásticos convencionales.
En este escenario han tomado fuerza en el mercado distintas propuestas hechas en Chile. Una de las que se está abriendo paso es I Am Not Plastic, start up nacional que ofrece productos que mantienen la comodidad y versatilidad del plástico, pero evitan sus consecuencias negativas ya que están elaborados a partir de materias primas 100% biodegradables y compostables. Sus novedosas opciones de film adherente, bolsas de basura y multiuso con cierre hermético, bombillas y bolsas para desechos de mascotas se biodegradan en 180 días al ser sometidos a un proceso de compostaje. “Hoy vemos un amplio interés por reducir la huella plástica, no sólo en las personas, sino también en las empresas. Por eso hoy, además de ofrecer nuestros productos compostables, asesoramos a las compañías que quieran decir adiós a los plásticos de un solo uso, buscando en conjunto la mejor solución que se adecúe a sus necesidades”, señala Rodrigo Sandoval, CEO de I Am Not Plastic, añadiendo que la ciencia y la tecnología avanzan, pero los nuevos descubrimientos tardan demasiado en llegar a las personas y “es aquí donde entramos nosotros para acelerar su implementación a la vez que educamos y concientizamos a la ciudadanía”.
En esa misma línea, Leiva advierte que “es fundamental que los consumidores estén informados sobre los materiales con los que se elaboran los productos y su impacto en el medio ambiente para tomar decisiones más responsables y sostenibles. Elegir productos compostables contribuye directamente a la responsabilidad ambiental al reducir la huella de carbono y mitigar los efectos negativos de los residuos plásticos en el entorno”.