El monumento al General Manuel Baquedano sigue levantando polémicas ya no solo por la fallida información (ignorancia o improvisación) del Consejo de Monumentos Nacionales en torno a la supuesta reubicación final de la estatua que fue fijada por Ley y no es cosa de «desaparecerla».
El debate actual refleja que están lejos de asumirse y cerrarse las posturas surgidas desde estallido social que instalo un dudoso cuestionamiento -implacable- contra el monumento símbolo de la Victoria de Chile en la Guerra del Pacífico y donde el Ejército guardó cómplice silencio siendo incapaz de defender al héroe.
En este contexto, el analista y ex subsecretario Gabriel Gaspar en conversación con INFOGATE.CL explicó que «este es un debate que cubre otro mayor. La discusión en mi opinión no es en realidad sobre la estatua de Baquedano, sino que la estatua de Baquedano es el reflejo de dos problemas grandes«.
Interpretando la realidad
«En Chile no tenemos un acuerdo, una interpretación común y mayoritaria respecto del estallido social. Para un sector de chilenos el estallido social fue principalmente una manifestación de descontento, de demandas de reformas, de críticas que se venían arrastrando desde hace tiempo al sistema social, y demandas por la igualdad de género, por nombrar algunos. O sea, una manifestación de malestar (…) Pero para otro sector el estallido es sinónimo de violencia, saqueo y destrucción», sostiene Gaspar.
Sobre ello, subrayó que «con el tiempo cada interpretación se va endureciendo, y cada quien busca robustecer su argumentación».
Añadió a continuación que, «en ese cuadro, la estatua de Baquedano es un reflejo de esa discrepancia, porque uno podría preguntarse qué responsabilidad tiene el General Baquedano de que las pensiones sean una miseria, de los graves problemas de la salud pública, por nombrar solo algunos»
«Por eso digo que detrás del debate por la estatua hay un debate más soterrado, menos manifiesto, con algo que no es nuevo en Chile: en nuestro país, los traumas sociales, cuando no se procesan, generan desencuentros. Quizás es el mayor es el que tenemos respecto al 11 de septiembre de 1973 (…) con dos visiones muy encontradas donde no hay acuerdo. Podemos querer un acuerdo respecto al Chile que queremos hoy o el que queremos mañana, pero no hay acuerdo -aún- respecto al 11″, compara el exsubsecretario.
En este amplio escenario, Gaspar recalcó que «la pregunta es cómo procesamos nuestros traumas, cómo manejamos estas experiencias y es en ese marco en el que se instala la polémica de la estatua del general (Baquedano)».
Se retira para evitar más daños
Gaspar abordó luego el segundo punto, comentando que «las razones por las cuales se saca el monumento a Baquedano tiene que ver con el daño que se le estaba infringiendo, y en el fondo se le rescata para llevarlo a un lugar más protegido».
«Dicho así, lo que se revela, es la incapacidad del Estado para mantener el orden público en algunos puntos del país, que no es solo un problema de la Plaza Italia. La falta de Estado y de control público lo sufrimos cotidianamente por la expansión de la delincuencia y de los delitos organizados», explica.
«Nuevamente este es un tema súper contingente, pero que revela que en el momento del estallido social las autoridades de entonces no fueron capaces de preservar el orden público, al punto que la mejor solución para este tipo de cosas era retirar la estatua, y surgieron todo tipo de teorías, como que el problema era el resguardo de la infraestructura crítica, en fin, todo lo que conocimos en esa época», reflexiona.
Luego agrega: «Algunas de esas tesis se han alargado hasta la fecha; hemos llegado incluso a una reforma constitucional que se aprobó en medio de las premuras y los empujones de la coyuntura: hemos declarado que la frontera es infraestructura crítica para justificar el despliegue de tropas allí, y la realidad es que la infraestructura crítica son instalaciones y no fronteras».
«Pero, en fin, eso es parte del desorden y todos estos hechos lo que ponen en el orden del día es la necesidad de que los chilenos reordenemos la casa«, remarcó finalmente Gaspar.