Por: Catalina Araya, Directora de Educación de Fundación País Digital.
A propósito del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, una fecha proclamada por la UNESCO y la ONU-Mujeres, con el objetivo de lograr acceso y participación plena y equitativa en la ciencia para mujeres y niñas, lograr una equidad de género en estas áreas y empoderar a las mujeres, es que se hace necesario revisar los datos sobre los avances que Chile ha tenido en esta materia y reflexionar sobre los desafíos futuros.
Este 2025 comenzó marcando un gran avance en los procesos de selección para la educación superior en nuestro país. El aumento del 5,4% en la matrícula de mujeres en Educación Superior, refleja los grandes esfuerzos que se han realizado para disminuir las desigualdades en la formación de profesionales para un futuro que ya está comenzando.
Sin duda, un factor clave en este cambio positivo fue la implementación del programa gubernamental Más Mujeres Científicas (+MC), diseñado para reducir la brecha de género en áreas que tradicionalmente han presentado mayor participación de hombres, como lo son las ciencias y la tecnología. Mediante esta iniciativa se agregaron 474 carreras, lo que permitió que la postulación de mujeres aumentará un 14%, y que más de 10.000 jóvenes finalmente fueran seleccionadas, un 16% más que el año anterior.
Si bien este programa es una iniciativa ejemplar, no se debe olvidar el trabajo complementario que se realiza tanto desde el mundo público como el privado para estimular las habilidades del siglo XXI y la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, (también conocidas como STEM) entre las niñas y jóvenes de nuestro país. Así, por ejemplo, en Fundación País Digital hemos trabajado desde 2015 y a través de diferentes proyectos para acortar brechas de género en esta materia, empoderando cada vez a más mujeres a conocer estas áreas y entregando herramientas tan importantes como el desarrollo del pensamiento computacional, programación y la adquisición de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el liderazgo. A la fecha ya hemos trabajado con 70.000 estudiantes y también docentes del país buscando crear más oportunidades de formación.
Aunque estos resultados sean tremendamente positivos, no debemos bajar los brazos, pues este es solo un indicio de que nuestra sociedad va por el camino correcto para no limitar las oportunidades de las mujeres, ya sea en el acceso o en su permanencia en estas carreras.
Para empujar el desarrollo y productividad del país, es crucial seguir impulsando políticas públicas que fomenten la presencia de mujeres y con ello, la multiplicidad de miradas. La brecha aún no se ha cerrado, pero hoy estamos un poco más cerca donde cada vez más niñas y jóvenes se atreven a soñar con carreras en las que antes no se veían representadas. Y esa es la señal más clara de que el cambio está ocurriendo.