El Banco Central emitió este miércoles el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre de este años, advirtiendo que la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera del país sigue siendo el “escenario externo”.
El instituto emisor resalta que “si bien se inició el ciclo de normalización de la política monetaria en las economías desarrolladas, incluido Estados Unidos, han aumentado las tensiones geopolíticas a nivel global, además de la incertidumbre sobre el potencial impacto de políticas económicas y comerciales que puedan adoptarse en EE.UU. u otras economías”.
Además, el informe indica que “el IEF da cuenta de los altos niveles de deuda pública y privada en el mundo, y la presión que ejercen estos sobre las tasas de interés de largo plazo, además de la elevada valoración de los activos financieros y las vulnerabilidades que este tema representa frente a cambios abruptos en el apetito por riesgo global”.
“El IEF indica que estos eventos mantienen vigente el riesgo de un deterioro de las condiciones financieras para las economías emergentes y que -de concretarse una situación como esta-, podría incidir en una depreciación de sus monedas, un aumento de sus costos de financiamiento y/o, eventualmente, en salidas de capitales”, precisa.
A nivel interno, el informe indica que “un escenario en que se estrechen las condiciones de financiamiento externo repercutiría en los agentes locales, aumentando el riesgo de incumplimiento de hogares y empresas. Esto sería particularmente relevante en aquellos grupos que han sido identificados como vulnerables y que presentan mayor rezago en su recuperación”.
Respecto de las condiciones financieras internas, “las reducciones de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se han traspasado a las tasas de mercado de corto plazo de acuerdo con los patrones habituales. Por su parte, las tasas de largo plazo continúan en niveles elevados, influidas por las condiciones de los mercados externos y la menor profundidad del mercado de capitales local”.
Respecto del endeudamiento agregado de las empresas, el Informe indica que “éste se mantuvo estable al segundo trimestre de 2024, aunque con cambios en su composición con un menor dinamismo del crédito bancario local y una mayor deuda externa en empresas de mayor tamaño, nuevas emisiones de bonos externos y un aumento en la valoración de sus deudas en moneda extranjera por la depreciación del peso”.
El IEF también destaca que, en líneas generales, “ha continuado el proceso de normalización de los indicadores financieros de las empresas. En todo caso, menciona que este proceso está rezagado en empresas de menor tamaño, en firmas de los sectores inmobiliario, construcción y comercio, y también en aquellas que obtuvieron créditos Fogape durante la pandemia. En este contexto, indica el Informe, el impago se ha elevado”.
En cuanto a la situación financiera de los hogares, el informe destaca que “ésta evoluciona favorablemente y resalta un aumento de los ingresos y el ahorro. La disminución de las tasas de interés ha permitido una reducción de su carga financiera, especialmente en los quintiles de menores ingresos y en deudas de menor plazo. Respecto del impago, se redujo en el segmento de créditos de consumo y aumentó en el hipotecario”.
Asimismo, se señala que “la banca local cuenta con provisiones, garantías y capital suficiente para enfrentar eventos adversos. Agrega que este sector ha fortalecido su base de capital en el proceso de implementación de Basilea III y cuenta con colchones de capital que contribuyen a aumentar la resiliencia para sostener la provisión de crédito ante la eventual materialización de riesgos sistémicos. En este contexto, se destaca que los ejercicios de tensión muestran una banca local solvente ante la eventualidad de un shock severo”.
Entre los próximos desafíos del sector bancario, el Informe indica que “deberá continuar gestionando el aumento del riesgo de crédito de su cartera y proseguir con su preparación para la plena convergencia a Basilea III. Dado el actual entorno macrofinanciero complejo, el IEF destaca que es crucial contar con un mercado financiero más profundo que permita enfrentar eventos adversos”.