El reciente anuncio de Reino Unido sobre su decisión de devolver la soberanía del archipiélago de Chagos a Mauricio, en el Océano Índico, puso en alerta al gobierno de las Islas Falkland por el eventual precedente que este acuerdo pueda tener en la situación legal del territorio británico en el Atlántico Sur.
Sin embargo, el propio gobierno de Londres ha hecho hincapié durante la negociación en el sentido de que el Reino Unido no pondrá en riesgo la soberanía sobre otros territorios de ultramar, aludiendo indirecta pero especialmente al caso de las Falkland.
El acuerdo, que se formalizará mediante un tratado, permitirá que Mauricio ejerza su soberanía sobre Chagos, mientras que el Reino Unido mantendrá control sobre Diego García durante los próximos 99 años para garantizar el funcionamiento continuo de la gran base militar en la isla.
En este escenario, y haciéndose eco de las preocupaciones, el Gobierno de las Falklands, encabezado por la recientemente designada Jefa Ejecutiva Andrea Clausen, señaló por medio de un comunicado que «soy consciente de que puede haber inquietudes, ya sea en la comunidad de las Islas Falkland o en otros, sobre una posible transferencia a las Islas Falkland«.
Añade seguidamente que «quisiera asegurarles que los contextos jurídicos e históricos del archipiélago de Chagos y de las Islas Falkland son muy diferentes. Los ministros del Reino Unido han sido muy claros durante todo el proceso en el sentido de que el Reino Unido no aceptará nada que suponga el riesgo de poner en peligro la soberanía en otros territorios de ultramar».
Concluye sosteniendo que «el Gobierno del Reino Unido mantiene su compromiso de defender el derecho a la autodeterminación de los habitantes de las Islas Falkland, y su compromiso inquebrantable de defender su soberanía permanece intacto«.
