Por: César Quezada Riquelme, Int. de Medicina, kinesiólogo, Punta Arenas, Magallanes.
En el año 1520 Hernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano, Antonio Pigafetta y su tripulación, luego de encontrar la tierra de los Aonikenk a los que llamaron Patagones por su altura y grandes huellas que dejaban con su calzado cubierto con piel de guanaco, en su recorrido para realizar la primera circunnavegación al planeta, encontraron el tan buscado paso o estrecho que les permitiría llegar al nuevo océano que bautizarían más adelante como “Pacífico”. En este estrecho se toparon con una isla gigante con grandes columnas de fuego en sus costas de las cuales no se sabe si eran hogueras de los Selknam o escapes de gas natural desde lo profundo de la tierra.
Hoy, 504 años después, aquella isla, la Tierra del Fuego, es el hogar de más de 200.000 personas, que en su gran mayoría (más del 90% de la población) pertenece a Argentina, lo que hace presente día a día el abandono y la poca planificación estratégica del centralista Estado de Chile con un territorio tan bello e importante para el país, territorio rico en historia, el que inició su poblamiento moderno gracias a la industria aurífera, luego con la ganadería, posteriormente con la petrolera y actualmente con la esperanza de un gran desarrollo futuro en el turismo, que podría venir asociado con la futura apertura del camino Vicuña a Yendegaia que conectará la isla por el lado chileno hasta el hermoso canal Beagle, en donde se podrá tomar ferry hasta isla Navarino, lugar donde se encuentra la ciudad más austral del mundo, Puerto Williams.
El sector chileno a pesar de representar dos tercios del territorio de la isla grande con capital provincial en la ciudad de Porvenir, no se ha desarrollado en poblamiento ni en cantidad de servicios para sus pocos habitantes a diferencia del lado argentino que cuenta con tres ciudades importantes (Rio Grande Tolhuin y Ushuaia) con todos los servicios y un polo turístico de invierno y verano gigante. El sector sur chileno de la isla para muchos expertos tiene un potencial y belleza tan grande como las Torres del Paine, por lo cual podría convertirse en un nuevo gran foco turístico para Chile y el Mundo, en el sector norte chileno de la isla se encuentran las históricas estancias ganaderas e instalaciones de hidrocarburos de la empresa nacional del petróleo (ENAP), pero se viene la gran inversión de la nueva industria del amoniaco verde que en la isla, se espera su llegada al sector de bahía Gente Grande de la empresa TEG Chile que la mano de la aerogeneración aportará combustibles carbono neutrales desde Magallanes al mundo, por lo que se construirá el primer puerto importante en el sector chileno de la isla y será una nueva fuente importante de empleos en la zona.
La conexión terrestre de Tierra del Fuego con el continente no es fácil, esta se realiza por vía aérea con un vuelo diario de DAP y con ferris tanto desde Tres Puentes en Punta Arenas a Bahía Chilota en Porvenir como en Primera Angostura, es compleja por las grandes corrientes marinas del estrecho de Magallanes y también por el fuerte viento de la zona que cuando sopla con mayor fuerza sus rachas superan fácilmente los 100 a 120 km/h, en aquellos días la isla queda desconectada por suspensión del cruce, lo cual dificulta la conexión con el resto del continente, lo cual se transforma en una situación preocupante en especial cuando se necesita realizar de traslados médicos de urgencia, esta situación a futuro podría cambiar.
La construcción del túnel submarino de Fehmarnbelt que unirá Alemania con Dinamarca y que tendrá una extensión de 18 kilómetros, o el ya existente puente – túnel de Chesapeake en Estados Unidos con más de 28 kilómetros y el Eurotúnel bajo el canal de la Mancha que conecta Inglaterra con Francia con una extensión de 50 kilómetros, son algunos de los muchos ejemplos que hay que conectan territorios más distantes que lo que necesitamos nosotros, entonces nos permitimos preguntarnos ¿Por qué no replicar un proyecto así en el estrecho de Magallanes?.
Para unir Tierra del Fuego al continente americano se necesitaría un túnel o un puente-túnel de solo 4 kilómetros de largo que es la distancia que nos separa con la isla en primera angostura, sería un proyecto no exento de complicaciones, pero sí Chiloé está logrando conectarse a través de un mega puente en el canal de Chacao, Magallanes también podría conectar su isla principal al continente para así reforzar la soberanía chilena en el estrecho de Magallanes y permitir así una conexión segura durante todo el año sin interrupciones por causas meteorológicas, sin importar presencia de fuertes vientos o de las corrientes marinas del sector, se generaría una carretera continúa y expedita que permitiría mejorar el turismo, la cadena logística en especial de alimentos y la seguridad para evacuaciones médicas por tierra, generaría un gran potencial de desarrollo y se transformaría en un icono turístico del extremo sur del continente. Parece un proyecto muy difícil de realizar y casi imposible de financiar, pero si comenzamos a soñarlo hoy, en algunas décadas más podríamos hacerlo realidad, por lo cual se hace necesario iniciar a la brevedad los estudios de prefactibilidad en lo que nos podría ayudar el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el cual ya se encuentra financiando los estudios de factibilidad de la fibra óptica submarina que conectará los próximos años Puerto Williams con la isla Rey Jorge en la antártica chilena.
Magallanes es tierra de pioneros y cuando Chile se une detrás de grandes causas logra hacerlas realidad, no se debe dejar de soñar en grande y no debemos autolimitarnos a los pensamientos pesimistas, sino buscar en conjunto las soluciones para mejorar la conectividad y la calidad de vida de los habitantes de nuestro país, por lo cual es posible comenzar a soñar con este proyecto.