Llegan las Fiestas Patrias y nos llenamos de recuerdos esperando los anhelados días libres para compartir los distintos panoramas que ofrece esta festividad nacional. Desde los asados compartidos en familia, hasta las ramadas y las fiestas, van variando los eventos, casi siempre acompañados de alcohol.
Estas son fechas especiales de mucha alegría para algunos, pero momentos desafiantes para otros, en especial para quienes se encuentran en procesos de recuperación por consumo de drogas y alcohol.
De acuerdo con el Servicio Nacional para la Prevención de Drogas y Alcohol (SENDA), en Chile normalmente se beben 55 gramos de alcohol por día de consumo, lo que equivale a 500 ml de vino o 1,25 litros de cerveza, más del doble de lo que se considera riesgoso (sobre los 20 gramos). Asimismo, el servicio afirma que la clave para evitar las consecuencias que puede originar el consumo de alcohol o drogas es prevenir.
Personas que se encuentran en procesos de recuperación de drogas y alcohol
En AVANZA Inclusión, hemos visto a través de nuestros profesionales las ansiedades que viven las personas usuarias de programas SENDA y las interrupciones en los procesos de recuperación que ocurren en este “periodo dieciochero”, principalmente por la alta exposición a ambientes con un elevado consumo de alcohol, los cuales aumentan el riesgo de que tengan una recaída.
La presión social y familiar con la que se encuentran estas personas cuando deciden integrarse a los panoramas tradicionales sin beber alcohol y la poca adaptación de los entornos sociales para acompañar estos procesos, terminan aislando a las personas que están en procesos de recuperación, afectando así su autoestima, sentido de pertenencia y también su salud mental.
Hace unas semanas se envió al Congreso el Proyecto de Ley de Salud Mental, el cual señala que “la salud mental no es sólo la ausencia de enfermedades o trastornos mentales, sino un estado de bienestar en el que las personas pueden afrontar las tensiones normales de la vida, permitiéndoles educarse, aprender y trabajar adecuadamente, desarrollando la totalidad de sus habilidades y contribuyendo a la mejora de su comunidad”.
Este proyecto busca que todos los centros de salud y sus profesionales, independiente del tamaño del centro, puedan entregar una asistencia integral, con herramientas de salud mental y sin prejuicios para las personas. De esa forma, el proyecto integra a las personas con consumo perjudicial o en condición de dependencia al alcohol y otras drogas como parte de los pacientes de salud mental.
A pesar de este posible avance en la legislación, es importante no normalizar conductas autodestructivas, como lo es el consumo excesivo de alcohol y otras drogas, y evitar su consumo en situaciones que puedan poner en riesgo la integridad propia y de otros.
Nuestra experiencia
En AVANZA Inclusión realizamos un trabajo centrado siempre en un enfoque de Derechos, que nos ha impulsado a generar redes, sistemas de apoyo y contención para disminuir, hasta el límite de lo posible, los aspectos negativos que pueden conllevar las festividades con las personas que forman parte de nuestros programas.
Paulina Fernandez, Coordinadora de uno de los programas SENDA ejecutado por la organización, señala: “Nosotros como programas de tratamiento abordamos esta problemática integrando estrategias para planificar y manejar mejor la situación antes de asistir a las fiestas, tener respuestas preparadas para rechazar el consumo de alcohol o de drogas”.
De esa forma, sostenemos que el rol que juegan las redes y la comunidad son cruciales para que las personas puedan fortalecer y no interrumpir sus procesos de recuperación. Para eso, es importante prevenir hablando de los límites del consumo de alcohol y drogas, los eventuales riesgos a los que nos exponemos tomando decisiones conscientes y buscando herramientas y alternativas previas a las fiestas, generando espacios de disfrute para todos y todas.