martes, octubre 8, 2024

Argentina busca actualizar sistema de reservas militares ante nuevos escenarios y tecnologías

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Argentina discute actualmente actualizar su sistema de reservas militares, en medio del amplio proceso de recuperación y renovación de sus Fuerzas Armadas emprendido por el actual gobierno de Javier Milei, apuntando a enfrentar los nuevos escenarios de amenazas y los cambios tecnológicos que se están haciendo sentir en los actuales campos de batalla.

La actualización del marco legal es impulsada por el Ministerio de Defensa trasandino, buscando modernizar un sistema que permite contar con personal adiestrado y en disponibilidad.

Sobre este tema expuso ayer en la Universidad de Defensa Nacional argentina el actual Secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, Teniente General (R) Claudio Pasqualini, según registró el medio especializado trasandino Zona Militar.

Así, se señaló que el avance en los conflictos de naturaleza hibrida implican una nueva dinámica en cuanto respecta a la movilización del personal militar. El desarrollo de eventos, que ocurren en las denominadas “áreas grises” de la guerra moderna, demuestran la necesidad de evaluar la cantidad de personal con la que dispone el sistema de defensa en caso de un conflicto.

Seguidamente, detalló que entre las falencias de las reservas argentinas se cuenta la carencia de un sistema de registro actualizado de los reservistas, lo cual requiere del esfuerzo necesario a fin de establecer una base de datos que permitan disponer de dicho personal con la mayor celeridad posible. Por otra parte, debe considerarse que “las reservas no están para reducir al cuadro permanente, sino que están para completar y para armar nuevas unidades o reemplazos“.

Otro de los ejes sobre el cual se quiere trabajar, según sigue citando Zona Militar, es la idea de movilización: requisiciones en caso de conflicto, reconversión de industrias para insumos para el esfuerzo bélico. Este impuso debe ser acompañado no solo con un marco legal actualizado, sino también contar con presupuestos acordes para el sostenimiento del cuadro permanente y para las reservas, de forma de apuntar a su eficiencia, con un numero aproximado de 75 mil efectivos de reserva instruidas en caso de necesidad, dentro de los cuales se encontrarían operadores de drones, informáticos, especialistas en ciber, entre otras especialidades.

Entre las cuestiones positivas que empuja la idea de organizar una reserva orgánica, se ha estimado el valor conectivo entre el mundo civil y el militar. El reservista conoce el ámbito militar, aprecia a los militares y en el contacto con la vida civil transmite lo que es la vida militar. La autoridad gubernamental sostuvo en esa línea que “estamos trabajando con una nueva legislación que busca avanzar con la idea de reserva. Buscamos terminarla lo más pronto posible”.

Entre lo puntos que se trabajan para la normativa en torno a las reservas se consideran los siguientes puntos: definición de categorías de reservistas, regular cursos de reserva, determinar las exigencias de adiestramiento, de instrucción y el plan de carrera. Por otro lado, se busca que haya compatibilidad con la actividad laboral para que el se instruya no pierda su trabajo. En cuanto al régimen de pagos, se busca que el reservista cobre lo mismo por sus días de actividad que el cuadro permanente. Uno de los beneficios que tratará el marco normativo también apunta a abrir la oferta educativa y de cursos para aquellos civiles que busquen prestar su tiempo para engrosar las capacidades militares, aunque no de tiempo completo.

Uno de los puntos mas importantes en cuanto al trabajo actual se encuentra en regular la convocatoria a los cuadros de reserva, además de que puedan contar con recursos financieros para llevar adelante su misión dentro de la orgánica del Instrumento Militar. A estos efectos, las estructuras de reservas se van a incluir en el planeamiento militar, lo que llevará a la postre a contar con impacto presupuestario.

El Pasqualini sostuvo además que “un país serio debe contar con reservas inmediatas registradas y equipadas. Es una deuda que tiene Argentina”, insistiendo en que las reservas también son un elemento de disuasión.

Cabe recordar que -explica la nota- el fin del servicio militar obligatorio en 1994 implicó la completa profesionalización de las Fuerzas Armadas argentinas, pero eliminó el sistema de formación de reservas que había estado vigente hasta el momento. Ello ha implicado que, desde esa fecha, la Reserva de cada una de las fuerzas de la defensa sólo se nutre de manera voluntaria con ciudadanos –hombres y mujeres– que expresan su vocación de servicio por la Defensa Nacional.

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