El 22 de julio de 1971 se firmaba en Londres el Acuerdo de Arbitraje entre Chile y Argentina, para de una vez por todas solucionar el problema limítrofe del canal Beagle, que se debió a una reinterpretación de Argentina del Tratado de 1881. Este Acuerdo de Arbitraje se había acordado en 1902 y se denominó como “Pactos de Mayo” y ya había sido usado antes en el “Plebiscito del Valle del 16 de octubre de 1902” en donde siempre se benefició a Argentina, a pesar de que los colonos galeses (una población implantada) se encontraban de forma fraudulenta en territorio chileno.
A pesar de existir un compromiso firmado (que se anexa), Argentina en enero de 1978 declaró “Insanablemente Nulo” el Laudo. Esto constituye una traición que según definición de la real Academia de la Lengua Española lo define como: Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
Posteriormente viene todo el escalamiento del conflicto que culmina con la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984, que en este año se conmemora los 40 años de la firma.
¿Pero vale la pena conmemorar esos 40 años?
Yo creo que NO, porque es una celebración a la traición de Argentina, y su nulo respeto por el derecho internacional. Se aprovecharon de una situación en la que Chile estaba gobernado por un régimen totalitario, internacionalmente aislado, con embargos de armamento y violaciones a los DD.HH.
Hoy la situación es completamente distinta. Chile es parte importante de la comunidad internacional, siempre actúa de acuerdo con el derecho internacional y es un país que ha logrado resolver una enorme crisis institucional mediante mecanismos democráticos, como fueron los plebiscitos constitucionales.
Chile ahora debe hacer respetar el derecho internacional en todo ámbito, y si Argentina pretende desconocer Tratados Vigentes (como en Campos de Hielo Sur, la plataforma continental del Mar Austral o el dominio del estrecho de Magallanes) debemos de ir a la Corte Internacional de Justicia, en donde los fallos aplicarán la LEY, y posteriormente deberemos tener la capacidad de hacerla cumplir. Eso se lo debemos a Chile.