La Paz, 26 de junio de 2024 (ABI). – Desde el balcón del viejo Palacio Quemado, el presidente Luis Arce saludó al pueblo boliviano que salió a las calles en defensa de la democracia boliviana e hizo retroceder la intentona golpista encabezada por Juan José Zúñiga: “Nadie nos puede quitar la democracia que hemos ganado en las urnas y en las calles, con sangre del pueblo boliviano”, aseguro Arce.
“El pueblo movilizado ha hecho posible retroceder a esta intentona golpista, gracias pueblo boliviano”, afirmó ante una multitudinaria concentración que se dio cita en plaza Murillo ni bien la abandonaron los militares armados y en tanquetas blindadas que fueron parte de una intentona golpista.
El vicepresidente David Choquehuanca, ministros de Estado y dirigentes de las organizaciones sociales estuvieron en el balcón del viejo Palacio Quemado, contiguo a la Casa Grande del Pueblo, que fue el centro de operaciones de la resistencia a la acción militar de Zúñiga.
El movimiento de las tanquetas militares inició pasadas las 14h30 de este miércoles, fueron apostados en alrededores de la plaza Murillo, centro del poder político de Bolivia, donde funcionan los órganos Ejecutivo y Legislativo.
Decenas de personas se apostaron en calles contiguas a la Casa Grande del Pueblo en defensa de la democracia y cuestionando a los militares a voz en cuello su accionar. Los militares, en su intento por contener a la población que se sumaba cada minuto que pasaba, lanzaron gases lacrimógenos.
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, aseguró que era “una facción del Ejército”.
Pasadas las 15h30, Zúñiga descendió de una de las tanquetas que se ubicó al frente del histórico Palacio Quemado. Minutos antes una tanqueta forzó la puerta de metal. Hubo un breve y tenso encuentro con Arce, quien le ordenó replegar a los militares, sin tener una respuesta.
Arce posesión al nuevo Alto Mando, como a las 17h30, entre ellos al comandante del Ejército, José Sánchez, quien en el mismo acto ordenó a los militares movilizados retornar a sus unidades. Minutos después las tanquetas dejaron plaza Murillo, dando paso a miles de personas que abarrotaron el lugar.
“Nosotros nos hemos mantenido en Casa Grande del Pueblo, donde ustedes nos han puesto, porque los únicos que nos pueden sacar de aquí son ustedes”, expresó Arce ante miles de ciudadanos.
Agradeció a los militares que no se sumaron a esta intentona golpista que fue condenada por organismos internaciones, como la Organización de los estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras, además de varios mandatarios de la región.
También saludó a la Policía Boliviana que se mantuvo firme para hacer respetar la Constitución Política del Estado (CPE).
“Nadie nos puede quitar la democracia que hemos ganado en las urnas y en las calles, con sangre del pueblo boliviano”, enfatizó antes de entonar el Himno Nacional como corolario de esta jornada de tensión.
Arce y Choquehuanca fueron levantados en hombros por la multitud que se dio cita en plaza Murillo.