Por:Claudio Garrido, Representante Permanente Alterno, Misión de Chile ante las Naciones Unidas
Vivimos tiempos complejos. El mundo enfrenta múltiples crisis; vemos divisiones cada vez más profundas, fragmentación del panorama geopolítico y estallidos bélicos que afectan a vastas zonas de Europa, el Medio Oriente y África, todos fenómenos que minan la confianza en el orden internacional. Para revertir esa tendencia, debemos abordar sus causas fundamentales, reforzar la cooperación entre los gobiernos y revitalizar el sistema multilateral.
Por esto, la actividad permanente en el Consejo Económico y Social (Ecosoc) es intensa, y la presidencia de Chile de este órgano principal de Naciones Unidas ha significado una enorme responsabilidad.
La acción de Chile en este órgano de Naciones Unidas ha estado marcada por la promoción de los derechos humanos, la democracia y el desarrollo sostenible e inclusivo, de acuerdo a los principios generales de nuestra política exterior; y también hemos abordado temas prioritarios como el impulso por la igualdad de género y por la triple crisis ambiental, en una agenda necesariamente ambiciosa, para responder a las exigencias del mundo de hoy.
Bajo el amplio abanico de temas que abarca el Ecosoc, la semana pasada se inauguró el Foro Permanente de Asuntos Indígenas y, casi simultáneamente, el Foro de la Juventud. Ambas reuniones son masivas y abiertas a la participación sustantiva de la sociedad civil, marcas distintivas de la labor del Ecosoc.
Además, durante abril comenzamos con el Foro de Financiamiento para el Desarrollo. Tenemos la responsabilidad de liderar las negociaciones de una declaración que dé cuenta de sus avances y resultados. Este documento alimentará procesos de gran importancia en Naciones Unidas, como el Pacto del Futuro y la Cuarta Conferencia de Financiamiento para el Desarrollo que se llevará a cabo el próximo año.
Es difícil imaginar temas que escapen del portafolio de este órgano principal, puesto que aborda el desarrollo sostenible, el cuidado del medio ambiente, los derechos humanos, los asuntos de género y temas humanitarios; y también trabaja con grupos como la juventud y los pueblos indígenas, entre otros asuntos. Por ello las oportunidades y los desafíos son enormes.
La presidencia de Chile en Ecosoc ha sido una ventana única para proyectar nuestro compromiso con el multilateralismo y un espacio propicio para visibilizar nuestras prioridades de política exterior
Como Misión Permanente de Chile, hemos intentado conectar nuestra presidencia con los temas en que tradicionalmente nuestro país ha trazado un camino. Así, por ejemplo, tuvimos una Reunión Especial del Ecosoc sobre el futuro del trabajo en Santiago de Chile el pasado enero, emulando la reunión que el embajador Hernán Santa Cruz organizó bajo la presidencia de este organismo en 1951. Esta reunión retomó el papel que nuestro país ha desempeñado en esta sede, avanzando la discusión sobre temas sociales. Así ocurrió también bajo el liderazgo del dos veces presidente de Ecosoc, el embajador Juan Somavía.
El trabajo del Consejo Económico y Social tiene un ritmo intenso. En mayo hemos convocado a una reunión especial sobre Inteligencia Artificial y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A través de paneles de discusión, presentaciones y sesiones interactivas, los participantes tendrán la oportunidad de examinar y compartir mejores prácticas. También podrán identificar estrategias para maximizar el impacto positivo de la inteligencia artificial, así como para discutir sobre cómo mitigar los riesgos potenciales. Esperamos que esta reunión contribuya a promover la agenda global para el desarrollo sostenible en la era de la inteligencia artificial, guiados por principios de equidad, justicia y solidaridad.
Nuestra presidencia en el Ecosoc finaliza pronto, en julio de este año, con el Foro Político de Alto Nivel, en el que revisaremos los avances en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero serán meses intensos, porque queda mucho trabajo por hacer. Encabezar como país uno de los órganos mas relevantes de Naciones Unidas es una responsabilidad, pero también una gran oportunidad para reafirmar nuestra voluntad de contribuir, en el sistema multilateral, a lograr sociedades más equitativas, más inclusivas y más justas.