26 mayo (Reuters) – Las tormentas que azotan partes del centro de Estados Unidos dejaron un rastro de destrucción y muerte mientras los meteorólogos advertían sobre un clima más severo que afectaría a varios estados durante el fin de semana festivo del Día de los Caídos.
Al menos cinco personas, incluidos niños, murieron en el norte de Texas cuando un poderoso tornado azotó una zona rural cerca de la frontera con Oklahoma el sábado por la noche, dijo a los medios locales Ray Sappington, sheriff del condado de Cooke.
La tormenta causó importantes daños a viviendas y negocios en el área y se reportaron numerosos heridos, dijeron funcionarios del condado de Cooke. El domingo, el personal de emergencia revisaba los escombros y buscaba personas desaparecidas.
Un tornado también cruzó el sábado por la noche el condado de Denton, al noroeste de Dallas, dañando viviendas y otras propiedades y derribando líneas eléctricas. Las autoridades dijeron que «varias personas» con heridas fueron transportadas a hospitales de la zona.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre vientos dañinos, granizo de gran tamaño y más tornados en las zonas afectadas.
El último episodio de clima extremo se produjo pocos días después de que un poderoso tornado arrasara una ciudad rural de Iowa, matando a cuatro personas, y más tornados aterrizaran en Texas la semana pasada.
Mientras tanto, Estados Unidos se está preparando para lo que los meteorólogos gubernamentales han llamado una temporada de huracanes en el Atlántico potencialmente «extraordinaria» en 2024, que comenzará el 1 de junio.
