Ante la creciente demanda de datos meteorológicos y conocer los efectos del cambio climático en Chile, el Servicio Meteorológico de la Armada (SERVIMET), junto a la cooperación de instituciones afines, extendió la red de estaciones meteorológicas automáticas a lo largo del litoral.
Durante este año y en el marco de una estrecha colaboración con el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), el servicio instaló dos nuevas estaciones meteorológicas automáticas en los faros Punta Ángeles, en la región de Valparaíso y Punta Carranza, en la región del Maule.
Este instrumental, facilitado por el IFOP, permitirá monitorear las condiciones meteorológicas en puntos característicos del sector costero de la zona central, como parte del Sistema de Alerta, Predicción y Observación (S.A.P.O.) para la resiliencia de las pesquerías en un escenario de cambio climático, el cual fue implementado como parte del proyecto nacional “Fortalecimiento de la Capacidad de Adaptación en el Sector pesquero y Acuícola chileno al cambio climático”, mandatado por la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura.
Por su parte, el personal del Centro Meteorológico dependiente de la Gobernación Marítima de Valparaíso efectuó la instalación de dos estaciones meteorológicas automáticas en el dique Flotante “Valparaíso III” en colaboración con SOCIBER y en el Club de Yates de Recreo, con la finalidad de tener datos representativos de la bahía de la ciudad puerto.
Asimismo, el Club de Yates Cofradía Náutica del Pacífico, ubicado en Algarrobo, se sumó a la red de monitoreo, facilitando la conexión de la estación meteorológica instalada en sus dependencias junto al borde costero.
De esta forma, el sitio web del Servicio Meteorológico de la Armada (https://meteoarmada.directemar.cl/prontus_meteo/site/edic/base/port/inicio.html), ha incrementado las consultas de datos medidos en tiempo real, significando un importante apoyo para la planificación y la toma de decisiones, tanto para los usuarios marítimos, como para la Autoridad Marítima Local.
Con esta data compartida, se contribuye a una mejor gestión de riesgo ante condiciones meteorológicas adversas y que los registros obtenidos sean de utilidad para instituciones técnicas, científicas y estudiantiles. También, al brindar una mayor información que sea más comprensible al estudiar el clima y sus cambios, ajustándose a las exigencias de un mundo cada vez más globalizado.
