La marca alemana, acostumbrada a demostrar que la vanguardia es parte de su esencia, hace noticia por estos días al realizar el primer accidente del mundo de un automóvil real utilizando rayos X, esto en colaboración con el Instituto Fraunhofer de Dinámica de Alta Velocidad y el Instituto Ernst Mach (EMI). Esta prueba reveló procesos de deformación interna altamente dinámicos, antes invisibles, gracias a imágenes de alta resolución que permiten un análisis aún más preciso.
Mercedes-Benz, junto al Instituto Fraunhofer de Dinámica de Alta Velocidad y el Instituto Ernst Mach (EMI) de Friburgo, realizaron la primera prueba de choque monitoreado con rayos X a nivel mundial y con un automóvil real, marcando un hito en la industria automotriz gracias a una innovadora metodología que promete redefinir radicalmente los estándares de seguridad.
Durante el ensayo, un dispositivo equipado con una barrera de seguridad impactó contra un Clase C de Mercedes-Benz a una velocidad de 60 km/h, simulando la intensidad de una colisión lateral. En el interior del automóvil, un maniquí SID II con anatomía femenina, especialmente diseñado para la prueba, se ubicó en el lado izquierdo, enfrentando directamente el impacto.
Lo más destacado de esta demostración fue que los rayos X atravesaron la carrocería y los maniquíes desde arriba, revelando detalles antes invisibles gracias a su capacidad de capturar hasta 1.000 imágenes por segundo (aproximadamente 1.000 veces más que con los procedimientos convencionales), permitiendo un análisis preciso de la dinámica interna durante una colisión.
Los expertos de Instituto Ernst Mach (EMI) en Friburgo elaboraron un concepto integral de protección radiológica para el accidente de rayos X. Además de contar con todo el aspecto legal, las medidas de protección física incluyeron un muro de hormigón adicional de 40 cm alrededor del edificio y una puerta de protección de 45 toneladas.
Real Life Safety
Para Mercedes-Benz ser protagonista en la vanguardia de la industria automotriz, la seguridad vehicular y de su entorno continúa siendo un pilar fundamental. En ese contexto, en su constante empeño por otorgar protección y confianza a sus clientes, la marca ha revolucionado el enfoque hacia los procesos de prueba de choques mediante esta innovadora metodología que promete redefinir los actuales estándares de seguridad.
El compromiso de Mercedes-Benz con la seguridad tiene historia, y comienza en 1959, año en que se hizo la primera prueba de choque en un terreno abierto cerca de la planta de Sindelfingen. En esa ocasión, un vehículo colisionó contra un obstáculo sólido, marcando un hito que dio el inicio a lo que años después se conocería como una filosofía de marca. Junto con los análisis de la propia investigación de accidentes del grupo, las pruebas de choque forman la base de “Real Life Safety”.
Mercedes-Benz realiza actualmente hasta 900 pruebas de choque al año y alrededor de 1.700 pruebas complementarias en el Centro Tecnológico de Seguridad de Vehículos de Sindelfingen. Las últimas pruebas de choque con rayos X están al margen de las que realiza habitualmente EuroNCAP donde Mercedes-Benz suele registrar destacadas calificaciones.