La última encuesta Cadem arrojó lo que a estas alturas ya parece ser un clásico en las instantáneas sobre la opinión de los chilenos acerca de sus instituciones: el Congreso Nacional hundido en los últimos lugares de aprobación, en esta caso con un paupérrimo 18%, superando solo a otra figura aún más desprestigiada que nuestro Parlamento, como los partidos políticos (estos con un misérrimo 12%).
Las razones sobran, aunque en particular, la ciudadanía considera que el segundo poder del Estado simplemente no cumple con su labor y solo se enfrasca en inútiles disputas políticas que poco y nada aportan realmente al país, lejos de los espacios serios de negociación y acuerdos que uno esperaría desplegaran los parlamentarios.
Y, peor aún, en nada contribuye a superar esta calificación el triste espectáculo de los partidos peleándose las testeras de ambas cámaras, ofrecido las últimas semanas.
Justamente, aprovechando la oportunidad de la reunión entre la nueva mesa del Senado con el Presidente de la República y algunos miembros del gabinete, Infogate consultó al nuevo vicepresidente de la Cámara Alta, Matías Walker, y al ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde, su opinión sobre este resultado y cómo recuperar el favor del público.
El senador Walker nos señaló, concisamente, que «la mejor forma de revertir esa opinión de la ciudadanía es llegando a acuerdo en los temas que la ciudadanía necesita: seguridad y pensiones, y esas son las dos prioridades legislativas que concordamos con el Presidente en esta reunión».
Por su parte, el ministro Elizalde recalcó que «parte del desafío que tenemos por delante es reforzar la legitimidad de las instituciones democráticas y eso implica generar todos los cambios necesarios para destacar la relevancia que tiene particularmente el Congreso de la República».
Más aún, y apuntando a la necesidad de superar la excesiva fragmentación política, el titular de la Segpres sostuvo que «en una democracia, el Congreso es fundamental y por lo mismo hemos señalado que es necesario generar condiciones para evitar la atomización y, por tanto, que sea un espacio donde se generen grandes ideas con voluntad consultiva, que permita generar acuerdos para mejorar la calidad de vida de todas las chilenas y chilenos y es un desafío en el cual todos debemos continuar».