La Cámara Baja del Parlamento alemán (Bundestag) aprobó este viernes la legalización de la posesión y consumo de hasta 50 gramos de cannabis (marihuana), sujeta sin embargo a una serie de restricciones.
El proyecto de ley, propuesto por el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, en abril del año pasado, ha sido objeto de considerable polémica y, en una versión fuertemente modificada, obtuvo los votos a favor de los diputados de la coalición de Gobierno de socialdemócratas, verdes y liberales, así como de la izquierda.
La oposición cristianodemócrata y los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD), por el contrario, votaron en contra.
«Yo mismo durante muchos años estuve en contra de la legalización, pero es la Ciencia la que dice ahora que hay que seguir este camino«, destacó en su intervención el socialdemócrata Lauterbach.
El ministro abogó por evitar el «punitivismo y la tabuización» y por no «criminalizar a los jóvenes a los que hemos destruido la vida porque no los hemos protegido del mercado negro«.
Lauterbach resumió la ley señalando que, por un lado, legaliza el autoconsumo, con lo que se crea una «alternativa» al mercado negro, al tiempo que incrementa las penas para los traficantes que venden cannabis a menores y prevé campañas para concienciar a los adolescentes del peligro especial que conlleva el consumo mientras el cerebro todavía está en crecimiento.
La oposición conservadora atacó los planes del Gobierno y afirmó que no sólo tendrá un efecto contrario al deseado, sino que servirá para alienar todavía más a unos ciudadanos que piensan que la coalición sólo se centra en cuestiones de «identidad» y evita los temas importantes.
«Usted sostiene en serio como ministro responsable de la salud de los niños y los jóvenes que con la legalización vamos a reducir el consumo entre niños y adolescentes. Es la mayor tontería que he oído nunca«, cargó el diputado democristiano Tino Sorge.