El parlamento húngaro ratificó finalmente la decisión de Suecia de unirse a la OTAN, eliminando el último gran obstáculo para su ingreso.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, afirmó que «hoy es un día histórico. Los parlamentos de todos los estados miembros de la OTAN han votado a favor de la adhesión de Suecia a la OTAN. Suecia está dispuesta a asumir su responsabilidad en materia de seguridad euroatlántica«.
En tanto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, celebró la votación y subrayó que «la membresía de Suecia nos hará a todos más fuertes y más seguros«.
Un largo camino hacia la ratificación
Suecia evitó alianzas militares durante más de 200 años y descartó durante mucho tiempo ser miembro de la OTAN, hasta la invasión de Rusia a Ucrania, y las destempladas amenazas de Moscú contra Europa estos últimos dos años.
Fue así que Estocolmo no tardó en lanzar una oferta conjunta con la vecina Finlandia, pero Turquía y Hungría se opusieron, a pesar de que todos los demás miembros de la OTAN votaron casi automáticamente a favor de su membresía.
Inicialmente, Hungría no dio ninguna razón clara para sus retrasos y se creía que estaba siguiendo el ejemplo de Turquía, que exigía una serie de condiciones, incluida una postura sueca más dura hacia los militantes kurdos, aunque no se tardó en acusar al polémico primer ministro húngaro Viktor Orban de seguir el juego de Moscú para torpedear el crecimiento de la alianza atlántica en medio de su guerra de agresión contra Ucrania.
Estocolmo prometió cooperar, pero el progreso diplomático se vio frenado por las manifestaciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán y las protestas por la quema de coranes en Suecia.
Mientras tanto, Hungría acusó a los políticos suecos de decir «mentiras descaradas» sobre la condición de la democracia húngara, algo por lo demás que ha sido constantemente puesto en duda por sus propios socios europeos el último tiempo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo a los aliados de la OTAN que eliminaría sus objeciones el año pasado, después de meses de presión por parte de Estados Unidos y otros miembros, antes de aprobar la membresía de Suecia el mes pasado, lo que dejó a Hungría en una incómoda posición, recibiendo fuertes presiones de sus restantes aliados, más la amenaza de sanciones económicas y políticas, que desembocaron finalmente en la aprobación de este lunes.
