Un estudio realizado por un grupo de investigadores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) tras los devastadores incendios que afectaron la región de Valparaíso, determinó que un trazado de calles irregular y la falta de simulacros para siniestros dificultaron la evacuación de personas.
El mapeo hecho por las zonas afectadas y la prospección de los principales factores de exposición y vulnerabilidad para la población, junto a los requerimientos y testimonios de las personas afectadas permitieron determinar que la superficie quemada equivale a un total de 9.215,9 hectáreas que abarcan sectores urbanos, agrícolas y forestales de las comunas de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache.
En Viña del Mar, el incendio quemó el 45% de la cobertura de pastizal-arbustivo y el 10% del suelo construido, estimándose un total de 9.828 edificaciones afectadas en la comuna.
Además, el incendio afectó el 34% de la superficie de la Ciudad Jardín, con una parte importante de suelo construido, y el 38% de la superficie comunal de Valparaíso.
Fue la directora del Centro UC Observatorio de la Costa e investigadora de Cigiden, Carolina Martínez, la que apuntó a que se realizó un catastro de daños de infraestructura a través de 136 puntos que fueron levantados en los principales sectores afectados.
Es así que los sectores con mayor afectación por pérdida total son Los Almendros B, Villa Independencia, Villa Arauco, Alto Horizonte, El Olivar I, El Olivar II, Villa Hermosa y Villa Rogers.
El estudio muestra que el nivel de daño de la infraestructura crítica es de un 46,8% con daño parcial y un 53,2% daño completo, lo que incluye distintos tipos de industrias como fue el caso de Tricolor y manufactureras (29,8%), además de zonas con postes del alumbrado público (23,4%), transporte público tales como garitas de buses y línea de tren (6,4%), torres de alta tensión (4,3%), un colegio y un Cesfam (2,1% del total respectivamente).
Sin embargo, Martínez también comunicó que las causas que dificultaron la evacuación oportuna fueron “el trazado de calles irregular, el colapso de la redes críticas (eléctrica y agua), el crecimiento urbano espontáneo, la materialidad de las construcciones, la falta de simulacros para incendios, el manejo de sustancias agravantes al fuego (tendido eléctrico, balones de gas) y la falta de diseño urbano resiliente (vías de evacuación, rutas expeditas para bomberos)”.
En tanto, el director de Cigiden y académico de la UC, Rodrigo Cienfuegos, dijo que la investigación constató la capacidad de autoorganización de la comunidad, “en especial a través de las juntas de vecinos, identificándose elementos de resilencia social que podrían reforzarse con programas locales de gestión de riesgo”.
También explicó que en el estudio “se observaron múltiples esfuerzos por reconstrucción autogestionada, sobre laderas de cerro con fuerte alteración de pendientes y suelos removidos. Estos esfuerzos surgen naturalmente en la respuesta a la emergencia, pero debiéramos mejorar la forma de canalizarlos a través de la institucionalidad formal y así corregir problemas estructurales identificados transversalmente de manera de hacer una reconstrucción que controle o disminuya los riesgos”.
Asimismo, se indicó que ningunas de las comunas afectadas tiene actualizados sus planes reguladores como es el caso de Valparaíso que data de 2018, Viña del Mar de 2016, Quilpué de 2014 y Villa Alemana de 2002.
En cuanto a las conclusiones y recomendaciones, Cienfuegos mencionó que “se requiere fortalecer la planificación territorial en estas comunas, que presentan escenarios complejos debido a sus características geográficas y formas de ocupación, en especial el fuerte incremento tomas y campamentos que hacen más limitado un proceso de evacuación ante incendios y también porque incluyen tipologías constructivas más vulnerables al fuego”.
Finalmente, el estudio da cuenta de que en el actual contexto de variabilidad y cambio climático es necesario contar con estudios inter y transdisciplinarios que permitan modelar la amenaza de incendios y considerar los factores de vulnerabilidad y exposición con enfoques integrados, con el fin de generar escenarios de riesgo para la toma de decisiones.
“Sin embargo, cualquier nuevo desarrollo en nuestro país debiera considerar un análisis multi-riesgo a una escala de cuenca, pues la reconstrucción que considere sólo el último desastre se enfrentará más temprano que tarde a amenazas no consideradas en el plan”, remató Cienfuegos.