La inversión y adopción tecnológica seguirán estando en el ADN de las compañías que buscan eficientar sus procesos y facilitar la labor de los colaboradores. Sin embargo, sin la protección de datos no hay éxito. Se trata de un eslabón clave para mantener la confianza y evitar incidentes.
La ciberseguridad es una pieza vital para cientos de industrias que en la actualidad mantienen sus operaciones y procesos distribuidos en diversos activos digitales. De hecho, hoy en día gran parte de las labores de una compañía se realizan mediante el uso de tecnologías conectadas a Internet como la nube. Por ello, la necesidad de implementar mecanismos y procedimientos de seguridad informática que resguarden sus datos es esencial.
Desde hace años, expertos en seguridad digital han impulsado el valor e importancia de la protección de los datos. De hecho, desde 2006 se celebra cada 28 de enero el Día Mundial de la Protección de Datos y Privacidad, impulsado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa. Y hoy, son muchos gobiernos y parlamentos de distintos países que están trabajando en leyes y marcos regulatorios al respecto.
Sin embargo, así como los Estados están implementando políticas de seguridad informática dada la cantidad de ataques y amenazas diarias, esta práctica debe trasladarse a las empresas para concientizar a sus colaboradores y protegerse de futuras amenazas.
“La implementación de una política de seguridad informática sólida es necesaria para establecer un marco de trabajo que garantice la protección, privacidad e integridad de la información. Cada día, las personas, compañías y entidades generan millones de datos, los cuales son deseados por los cibercriminales, quienes están en la constante búsqueda de vulnerabilidades para estafar y lucrar bajo la amenaza de eliminar toda la información importante”, explica Fabiana Ramirez, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
Por esta razón, ESET comparte siete consejos para desarrollar una estrategia de seguridad empresarial:
– Evaluación de riesgo. Se debe realizar de manera exhaustiva para identificar y analizar las posibles amenazas a las que se puede enfrentar la empresa. Esto incluye la probabilidad de ataques cibernéticos, fugas de datos y accesos no autorizados que pudieran estar ocurriendo sin generar mayores alertas.
–Identificar activos de la información. Este es un paso esencial que consiste en realizar un inventario exhaustivo de todos los activos de datos en la organización, como hardware, software, datos, redes, personas y procesos relacionados con el tratamiento y almacenamiento de la información.
Los activos deben clasificarse según su importancia y valor para la organización. Se debe tener en cuenta que los activos críticos o sensibles requieren niveles más altos de protección frente a posibles amenazas.
– Definición de objetivos. Una vez que se identifican los riesgos, el siguiente paso es establecer objetivos claros. Estos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos (SMART), es decir, incluir la protección de la confidencialidad de los datos, integridad de la información y la disponibilidad de los sistemas informáticos.
– Desarrollo de políticas y procedimientos. Casi como un manual, esta definición debe ser específica y cubrir áreas clave como el acceso a datos, la gestión de contraseñas, la autenticación de usuarios, la protección contra malware y virus, la seguridad de la red y la gestión de incidentes. En ese sentido, las compañías deben asegurarse de que sus políticas estén claramente definidas y fáciles de entender para todos los usuarios.
– Implementación y capacitación. Sin una correcta adopción y entendimiento por parte de los colaboradores, la estrategia no tiene sentido. Proporcionar la preparación adecuada a todos los empleados es clave para garantizar que comprendan la importancia de la seguridad informática y estén familiarizados con las políticas y procedimientos establecidos. Más aún, a través de experiencias personales, estos podrán asimilar de mejor manera los riesgos que corren tanto ellos como la compañía si no toman las precauciones necesarias.
– Monitoreo y actualización continua. Si los cibercriminales evolucionan en sofisticación y técnicas, la seguridad informática tiene que hacerlo también. Es por ello que las empresas deben monitorear regularmente la efectividad de sus políticas y procedimientos, además de realizar actualizaciones periódicas para enfrentarse a las nuevas amenazas y tecnologías emergentes. Para conseguirlo, pueden contar con un equipo dedicado a la supervisión de la seguridad informática y asegurarse de que haya un plan de respuesta a incidentes bien definido.
– Cumplimiento y auditoría. Se debe asegurar de cumplir con las regulaciones y estándares de seguridad informática relevantes en las distintas industrias. Las compañías pueden realizar auditorías periódicas para evaluar la eficacia de sus políticas y procedimientos y garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes para luego corregir y mejorar cualquier deficiencia identificada durante el proceso de auditoría
“Con la recién aprobada Ley Marco de Ciberseguridad e Infraestructura Crítica en Chile, se impulsará cada vez más la gobernanza en seguridad digital. Se trata de una acción decisiva para proteger los activos digitales de las empresas y, a la vez, para mantener la confianza de las personas. Los datos deben estar protegidos en todo momento, ya que en el mundo cibernético circula información no solo de las compañías, sino también de usuarios que podrían verse afectados en caso de alguna vulneración. La tecnología es un hilo conductor que podría jugar en contra si no se está preparado”, finaliza Ramírez.