Luego de sortear la Acusación Constitucional, tras ser rechazada por la Cámara de Diputados, el ministro de la Vivienda, Carlos Montes, aseguró tener las “tengo las manos y la conciencia muy limpias” y que continuará trabajando en el desarrollo de viviendas para la ciudadanía, pero dejando en claro que seguira en la investigación en el Caso Convenios que ha golpeado fuertemente al Gobierno.
“Estoy tranquilo porque aquí se probó que el libelo no tenía fundamento técnico ni político (…). Ahora lo relevante es el futuro”, dijo a la salida del proceso en que se aprobó la Cuestión Previa.
Montes señaló que “los niveles de la política son muy bajos, son vergonzosamente bajos y eso nos debe interpelar a todos nosotros. Esto le hace mal a la democracia, le hace mal a la sociedad y en temas tan relevantes como pensiones, educación, vivienda, tributos, la verdad es que no logramos ponernos de acuerdo”.
En ese sentido, Montes dijo estar confiado en que se pondrá en el centro la urgencia de viviendas y de barrios, pero dejó en claro que “seguiremos investigando para que los responsables queden claro quiénes fueron, cuáles fueron las cosas que no hicieron bien y sean sancionados como corresponde”.
“Las responsabilidades penales ya están en la sede que corresponde. Las responsabilidades políticas ya se ejercieron en una parte y en el caso mío, la Cámara ya se pronunció. Ahora hay que pasar de las acusaciones a las soluciones”, apuntó.
“Quiero decirles que tengo las manos y la conciencia muy limpias y eso se los digo frente a todos, nunca pensé en dar un paso al costado, que era la solución más fácil probablemente”, aseguró.
El ministro Montes dijo que seguirá en el trabajo que le encomendó el Presidente Gabriel Boric de construir viviendas para las familias chilenas que lo necesitan, porque es una “responsabilidad de todos”.
Y reiteró que “el Ministerio de la Vivienda, y lo digo con mucha fuerza, no es un ministerio corrupto, es un ministerio entregado a su misión y a las personas a las cuales debe servir. Adentro del Ministerio hay mucha rabia y mucho dolor, porque se pone en duda el valor del servicio público y rabia de que un grupo de inescrupulosos hayan tomado recursos del Estado para sus propios fines”.