El cuestionado abogado, Luis Hermosilla, quien está en medio de una polémica al revelarse un audio en donde apunta a haber pagado “coimas” a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII) y de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), acusando ser víctima de una “maniobra siniestra” y “operación obscura, manejada en los subterráneos del poder”, y apuntando a que la grabación dada a conocer por Ciper se trataría de un delito y se pone en juego el estado de derecho y el rol de los abogados.

En ocho puntos, Hermosilla expone su visión tras el reportaje que reventó ayer y que ha conmocionado a la elite política como también al sistema judicial.

“He sido objeto de una maniobra siniestra cuyos alcances habrá que develar en el transcurso del tiempo”, precisa en el punto 2.

En el acápite 3, el abogado expone que “además de los aspectos obvio y evidentes, están en juego el estado de derecho y el rol de los abogados, desde que, por medio de la comisión de un delito de grabación y difusión de conversaciones privadas amparadas en el secreto profesional, se accede a ellas”.

Agrega que “debo afirmar categóricamente que no he pagado ni ofrecido beneficio a funcionario público alguno. El contexto y contenido de mi asesoría profesional no puede ser revelado y mi deber es protegerlo”.

“Aunque es obvio, hay que señalar que nuestro sistema legal niega validez a las pruebas obtenidas en forma ilícita”, menciona como una forma de restar importancia al audio difundido por el medio de comunicación.

Asimismo, señala que “habrá que investigar a fondo, sin duda, estos hechos y aquellos que le dan origen, pero parece claro desde ya, que hay en marcha una operación obscura, manejada en los subterráneos del poder, con alcances político y comunicacionales insospechados, estratagema propia de países en los que no funciona el estado de derecho”.

En el punto 7, Hermosilla se compromete en que “colaboraré con las investigaciones que se realicen dentro del marco de mis obligaciones éticas y limitaciones legales que me impone mi profesional”.

Finalmente, el abogado precisa que “no es primera vez que enfrento ataques a mi persona por mi trabajo como abogado, pero reconozco que pensé que este tipo de operaciones eran propias del pasado”.