Otra vez un triste espectáculo se vivió este lunes en la Cámara de Diputados, lo cual sigue socavando los pocos cimientos que tiene la “elite” política del país (la mal llamada (des)clase política), con discusiones, discursos e insultos y hechos que lo único que denotan es la mala calidad de los parlamentarios que habitan el Congreso y cada cual bogando hacia el lado donde más réditos electorales obtendrían, ero que en definitiva lo único que hace acrecentar más la brecha con la ciudadanía que ya está harta de estos congresistas.
El 50 aniversario del Golpe de Estado y el homenaje al derrocado expresidente Salvador Allende demuestran que el tiempo no pasa en vano y las heridas no sanan, incluso se exacerba el negacionismo de la oposición redunda en la más mínima consideración de quienes fueron torturados o fueron detenidos y cuyos cuerpos aún no se encuentran o fueron ejecutados por pensar distinto a quienes ganaron ese 11 de septiembre de 1973 y que usaron a las FFAA para sus fines de quedarse con el poder.
Los partidos que se restaron del homenaje a Allende fueron el Republicano y RN, estos últimos se levantaron de sus asientos y salieron de la sala tal como habían anunciado en la previa. Sin embargo, la UDI fue el partido que llevó la batuta del desorden al participar del acto, incluso haciendo uso de la palabra. En tanto, Evópoli se quedó en el hemiciclo en silencio.
A pesar de que todo estaba desarrollándose en completa normalidad y como debe versar un homenaje a un exmandatario electo, el gremialismo en voz de Gustavo Benavente rompió el protocolo al interior de la sala, luego que su discurso estuvo cargado a la crítica en contra del gobierno de la UP.
Tras cinco advertencias desde la mesa de la Cámara, el presidente de la corporación, el DC Ricardo Cifuentes, determinó sancionarlo y luego censurarlo, privando a Benavente a seguir hablando.
En un punto de prensa al término de la sesión, Benavente dijo que solamente se estaba refieirndo a “hechos históricos, hechos verdaderos” lo que “molesta a la izquierda”.
“No nos dejaron terminar un discurso que no sabían cómo terminaba. Solamente para nombrarles hechos inalterables de la historia, hechos irrefutables, les molestó profundamente”, señaló el parlamentario de derecha.
A su vez, el diputado UDI, Gonzalo Ramírez, le prestó ropa a su correligionario, indicando que “un grupo de izquierda trata de imponer una verdad oficial. Hoy en el discurso solamente se relataron hechos. Las ideas no se defienden solas, los hechos históricos no se defienden solos, y por eso la UDI tomó la decisión de sacarlos a la luz”.
El SHOW de Rivas
Sin embargo, la ocasión no estuvo exenta de otra polémica, ya que el parlamentario del PDG, Gaspar Rivas, usó el hemiciclo de la Cámara para salir con un cartel al medio de la sala con las fotos de Augusto Pinochet y de Allende tachados con rojo y con una leyenda de “¡Ni Allende ni Pinochet! ¡Córtenla de pelear y preocúpense de Chile!”.
En tanto, el diputado Daniel Manouchehri (PS) destacó el rol que el exmandatario tuvo en la vida política nacional. Junto con ello, recordó que fue candidato presidencial en cuatro oportunidades. “Siempre buscó la unidad y bienestar de su pueblo”, sentenció.
En ese plano, recordó que durante su Gobierno se nacionalizó el cobre, permitiendo que los beneficios de la minería llegaran a todo el país, así como se promovieron exitosas políticas de infancia.
Manouchehri precisó que “el acto de valor de Allende se contrasta con el final de Augusto Pinochet, quien fingió una enfermedad para evitar la justicia en los tribunales”.
En tanto, el diputado Luis Alberto Cuello (PC) relevó el “sentido de humanidad profunda” de Allende. “Tenía plena conciencia de su responsabilidad histórica y de que portaba las banderas de lo que una sociedad reclama”, enfatizó. Asimismo, reconoció el respeto del expresidente hacia la Constitución y la ley, lo que terminó con el sacrificio de su propia vida.
Posteriormente, hizo uso de la palabra la diputada Claudia Mix (Comunes), quien resaltó su vocación de servicio público. Precisó que su vida no puede medirse sin conocer su obra. Recordó el impulso de reformas sociales, comercio, nacionalización del cobre y reforma agraria, entre otros aspectos.
“Fue un Gobierno que por la vía democrática buscó soluciones para la población. No fue un Gobierno fracasado, sino que derrotado por la vía de las armas”, concluyó.
