Columna de María Loreto Ferrari – Rectora de AIEP
“Las instituciones de educación superior son la fuente de las ideas más importantes que impulsan a las sociedades. Por eso son tan duraderas. Sin embargo, tienen que ir más allá de su zona de confort para que puedan transformarse y ser el empuje para el desarrollo”.
Estas ideas son parte de las reflexiones que Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos y presidente emérito de la Universidad de Harvard dio durante la última conversación del V Encuentro Internacional de Rectores Universia en Valencia junto a Ana Botín.
Lo que dice Summers nos identifica plenamente. “El desafío es que el conocimiento llegue a todas las fronteras del planeta” es un gran reto, pero es completamente congruente con lo que venimos haciendo en la educación técnico profesional: abrir las puertas a todos quienes buscan progresar a través de la formación, sin distinciones de género, edad y geografía. Porque ese conocimiento debe llegar hoy no sólo a quienes se integran al mercado laboral, sino también a quienes quieren o requieren actualizarse o reclasificarse.
Durante tres días, 40 rectores chilenos de un total de 700, y que representamos a 14 millones de estudiantes de todo el mundo, tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias y conocimientos, debatir y abordar las claves que transformarán a la educación superior en motor de progreso para la sociedad y el crecimiento sostenible.
El solo hecho de compartir, conversar sobre la educación de los años que vienen, la creación de nuevos marcos y redes para la movilidad, la flexibilización de formatos y competencias emprendedoras en los estudiantes y académicos, nos reafirma a quienes hemos trabajado en algunos de estos temas, que la mirada es compartida y la urgencia por avanzar, cierta.
Las instituciones de educación superior somos agentes clave en lograr el bienestar y el progreso de nuestras comunidades, del planeta y de la sociedad en general, como muy bien lo dijo la presidente de Santander y Universia, Ana Botín.
Haber participado de este encuentro no solo fue una tremenda experiencia y un aprendizaje. También fue la prueba de que en AIEP vamos por el camino correcto y ello no puede más que llenarnos de orgullo.