A lo largo de los últimos años, Chile se ha posicionado como un importante referente en términos de emprendimiento. Y los datos lo avalan, ya que nos ubicamos como el tercer país con la mayor tasa de emprendimiento global de acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor. Además, somos el país más innovador de Latinoamérica según el Global Innovation Index y el segundo país en actividad emprendedora inicial del mundo de acuerdo con el Informe de Competitividad Mundial.
Estos reconocimientos reflejan la genialidad y el espíritu emprendedor de los chilenos por salir adelante: creando oportunidades que les permitan forjarse un futuro mejor. Bajo esta premisa, y en el contexto deldía mundial del Emprendimiento a celebrarse el próximo 16 de abril, Diego González, CEO de Defontana, la plataforma cuyo software permite centralizar todas las operaciones en un solo lugar, brinda seis recomendaciones que permitirán mejorar las proyecciones de todo emprendimiento.
● Iniciativa y creatividad. Es vital tener claridad al momento de dar vida a un emprendimiento, de esta manera evitamos que este no muera en el intento. Esto significa que su valor diferencial debe ser mejor a lo que ya se vende en el mercado o en todo caso debe ser un producto creado desde cero.
● Ambición y espíritu de superación. El emprendedor debe visionar su emprendimiento a futuro. Pensar a corto plazo es un mal precedente porque no permitirá ver las necesidades que se requieren para el crecimiento del negocio.
● Adaptabilidad y asimilación a cambios: En la fase inicial pueden existir cambios e imprevistos que requieran nuevos ajustes. Esto debe considerarse no solo con el factor tiempo sino también con el de la inversión. Si el emprendimiento ya está encaminado es importante adaptarlo a las herramientas que contribuirán en su desarrollo.
● Formación continua: La capacitación es muy importante porque le permitirá al emprendedor crear un negocio innovador y también forjar un mejor camino para su desarrollo. No basta con tener una buena idea hay que pensar en su ejecución, su desarrollo, su permanencia y su crecimiento. Aquí la constancia es vital.
● Creación de soluciones innovadoras con impacto social. Ya no se trata de crear un negocio sólo para generar ganancias, sino de crear emprendimientos que vayan dejando huella en la sociedad, relevando las externalidades positivas que dejan los mismos.
● Implementación tecnológica. La pandemia, ocasionada por la Covid-19, ha provocado cambios profundos en los modelos de negocio. Hoy el uso de herramientas digitales y diversas plataformas multimedia es una necesidad. Un claro ejemplo es Defontana, cuyo software de punto de ventas Tivendo, permite al emprendedor manejar inventarios, emitir boletas, tener al día la documentación de compra, controlar sus ventas, entre otros beneficios (ya sea en una tienda física u online), desde una computadora o smartphone.
“El Día Mundial del Emprendimiento es la fecha perfecta para recordar que los chilenos tienen ese espíritu emprendedor que les permite fomentar la generación de ideas y ponerlos en marcha”, indicó Diego González.