Tal como lo hizo el PPD que dejó sus viejos amores, la derecha hizo lo mismo. La UDI, RN y Evópoli inscribieron su «desamor» en el SERVEL para enfrentar la elección de Consejeros constitucionales del 7 de mayo en un pacto que dejó plantado a los Repúblicanos, Amraillos y otros «pololos» menos relevantes.

Lo que llamó la antención es que hacen la puesta en escena bajo el eslógan «Chile Seguro» como si se tratara de una campaña más y usando el tema más sensible para la ciudadanía dejando una estela de las rancio de los populismo y oportunismo, ya que la elección de mayo ni tiene que ver con este tema de la (IN) seguridad que tiene aterrorizada a la ciudadanía y que comenzó justamente en el gobierno de este sector bajo el especulador financiero (nunca empresario) Sebastián Piñera que aseguró el «fin de la puerta giratoria» a la delincuencia y que nunca funcionó, por lo tanto usar este argumento es una burla para la ciudadanía.

Con la estridencia de siempre Chahuán de RN dijo que esta alianza «recoge la épica del 4 de septiembre» (Qué épica si fue la genre y no las paupérrimas militancias de los desprestigiados partidos los que votaron rechazo, triunfo del que se quiere apropiar este político) y agregó que «incorpora a los movimientos sociales, a la Casa Ciudadana por el Rechazo, a figuras independientes».

Con mucho más realismo la presidenta de Evópoli, la exministra Gloria Hutt, lamentó la «no incorporación de algunos partidos, pero la verdad es que a partir de hoy día esperamos que no sea una pelea fratricida, sino que la competencia sea complementaria, ya que lamentablemente el ir en listas separadas nos puede hacer que no seamos mayoría en el próximo consejo».