El Presidente Gabriel Boric, que llegó de Argentina directo a la Región de Aysén, y salió al paso de las durísimas críticas -con razón- a la canciller Antonia Urrejola que sumó -con la filtración de una rasca conversación a garabato limpio cuestionando al poco diplomático embajador de Rafael Bielsa– y le prestó un mall completo de ropa a la ministra a la que ya le piden a gritos la renuncia, pero el Mandatario aseguró que «cuenta con toda mi confianza», pero nuevamente mete la pata en el intento por salvar a Urrejola y deja como chaleco de mono a la Cancillería al asegurar que: «Las personas que estaban en esa reunión eran funcionarios de carrera de la Cancillería y que habían trabajado largamente en Cancillería, en muchos casos con experiencia anterior a nuestro Gobierno», es decir le da argumentos a los críticos para que se haga una urgente reestructuración al Edificio Carrera, es decir cortar el hilo por la parte más delgada.
Desde que se inició el Gobierno los problemas en RREE han sido constantes, con permanentes desaires a países amigos y aliados como ha ocurrido con Israel, Reino Unido, EEUU e incluso con la UE.
«Por lo tanto, acá no hay que adelantar cambios, yo estoy permanentemente evaluando a mis ministros, pero los temas internos de Cancillería los tienen que resolver al interior de Cancillería», sentencio Boric, que al parecer tampoco se ha enterado de las negativas repercusiones internacionales que ha tenido el episodio, tal como lo publica El País de España que titula: El Gobierno de Boric queda en una incómoda posición ante Argentina por la filtración de un audio de su canciller. También publicaron medios argentinos y agencias internacionales y todas las publicaciones coinciden en señalar que se dañó la imagen de Chile.