sábado, abril 27, 2024

Baja la solidaridad en Chile: Sólo 1 de cada 5 personas hicieron voluntariado en el 2022

Debe leer

  • Estudio de Fundación Trascender y Criteria muestra que el voluntariado continúa descendiendo, pasando de un histórico 36% registrado en el 2018 a un 20% este año.
  • Problemas económicos y falta de tiempo son las principales razones que han gatillado la baja del voluntariado.
  • La sociedad civil organizada mantiene la confianza de la ciudadanía: un 50% cree que debe tener un rol articulador para la creación de leyes, más allá de un eventual nuevo proceso constitucional. 

Una nueva caída en el voluntariado en Chile registró la edición 2022 de la tradicional “Encuesta Nacional de Voluntariado y Solidaridad» de Fundación Trascender y Criteria, estudio que mide la actitud y el comportamiento de la sociedad chilena frente al voluntariado desde hace 16 años. Desde un histórico 36% registrado en el 2018, hoy apenas se alcanzó un 20% de chilenos que declararon haber realizado una acción de voluntariado en los últimos 12 meses.

La falta de tiempo (40%) y problemas económicos (18%, que subió de un 12% registrado el año pasado) son parte de las tres principales razones por las cuales los chilenos señalan que no han podido hacer alguna acción de voluntariado. También se menciona la falta de información, de no saber dónde ni cómo hacerlo, para no ser voluntario en alguna causa. 

“¿Somos menos solidarios los chilenos? Es difícil contestar esa pregunta sin tener presente la actual situación económica del país. Por más que nos veamos como un país solidario, la salud del bolsillo propio y familiar es línea base al momento de dedicar tiempo a actividades solidarias. Debemos entender que estamos en un momento complicado antes de sacar conclusiones apresuradas sobre la solidaridad de chilenos y chilenas”, analiza Vicente Gerlach, director ejecutivo de Fundación Trascender.

La caída del voluntariado también se explica en el segmento de personas que lo hacen de manera menos frecuente (menos de una vez cada dos meses), pues ese tramo bajó de un 56% a un 46% este año respecto al periodo anterior. Mientras que quienes hacen voluntariado una vez al mes o más aumentó a un 54%.

“Además del miedo a una eventual recesión económica, alimentada por un escenario de alta inflación y bajo desempleo, interpretamos con estos resultados que también hay un ambiente de desesperanza y desconfianza. Tuvimos un estallido social que todavía no ha llegado a nada, luego de un proceso constitucional fallido. Es esperable que las personas, por ende, prioricen preocuparse más por su propio bienestar que por el comunitario”, analiza Gerlach.

De hecho, la razón de que se hace voluntariado para disminuir las desigualdades del país fue una de las que más bajó en esta edición de la encuesta, pasando de un 33% a un 20%. 

Sin embargo, para Gerlach, a pesar de este pesimista escenario, ve en estos resultados una invitación a activarse como voluntario. “El voluntariado profesional también es una acción que nos permite mantenernos activos laboralmente y fortalecer nuestras redes de contacto, lo que es un buen estímulo para momentos de transición o cesantía”.

Otro aspecto relevante de esta edición fue el tipo de grupo por el cual se canalizan las acciones de voluntariado. Los que más subieron fueron el voluntariado a través de fundaciones y ONGs (de un 31% a un 36%) y el mediante la empresa para la cual se trabaja (de un 8% a un 14%), debido principalmente a la vuelta de acciones presenciales.

“Asistimos a un cierto giro valórico en las subjetividades de los chilenos, las cuales -otrora- estuvieron fuertemente impelidas hacia lo colectivo y colaborativo producto de los sueños del estallido y las estrecheces de la pandemia. Hoy, tras el triunfo del rechazo, la descomposición del proceso constituyente y el aumento de la inseguridad, tanto policial como económica, vemos que los ciudadanos le han dado la espalda a la ilusión utópica que encarnaba octubre, y están asentados en una desilusión bien concreta que simboliza septiembre”, comenta Diego Córdova, director de cuentas de Asuntos Públicos de Criteria.

Sociedad civil organizada como articulador

Desde la edición 2019, la encuesta incluye un capítulo que conecta la temática con la contingencia nacional: estallido social ese año, acción solidaria durante la pandemia en 2020 y participación ciudadana en el proceso constituyente en 2021. Este año se consideró un módulo de preguntas sobre cómo la ciudadanía prefiere incidir en la generación de leyes más allá de una eventual nueva Constitución.

Tener políticos honestos (38%) y que las leyes se hagan para cumplirlas (30%) son los dos factores principales que la gente considera necesario para fortalecer la democracia. Asimismo, la mitad de los chilenos cree que la sociedad civil organizada debe tener un rol articulador para traspasar los intereses ciudadanos a los parlamentarios. El 35% cree que debe comportarse como cualquier otro estamento de la sociedad, mientras que el 15% restante piensa que no debe participar.

“En un momento donde los afectos de las personas hacia sus instituciones se desvanecen en el aire, este saldo de legitimidad que aún pervive en la sociedad civil organizada pareciera ser su capital más preciado”, complementa Córdova, de Criteria.

Otro dato revelador de la encuesta está relacionado a los mecanismos de incidencia que la ciudadanía reconoce como los más adecuados para incidir en la creación de leyes. Sólo un 4% de los encuestados cree que las marchas y protestas son formas útiles de incidencia. “Vemos un agotamiento de la gente en estos métodos de presión, ya sea porque no condujeron a nada o porque están inevitablemente asociados a violencia”, comenta Gerlach. 


En tanto, el 38% de los chilenos cree que un mecanismo de participación directa es el más adecuado para incidir en las leyes, como plebiscitos sobre iniciativas de alto interés ciudadano. 

La actual edición también da a conocer el ránking de empresas y organizaciones más reconocidas por la ciudadanía por su labor de voluntariado en Chile. Destaca la alta presencia de organizaciones sin fines de lucro entre los primeros 10 lugares: Coopeuch (primer lugar), Techo, Cruz Roja, Teletón y Hogar de Cristo, a diferencia de años anteriores. Entre las empresas, Falabella ascendió del octavo al segundo lugar este año. Banco de Chile, Sodimac y Coca-Cola se mantienen en el top 10, aunque bajaron posiciones respecto al 2021.

“Más que el movimiento en el ránking, lo relevante es que este año aumentó la cantidad de personas que hacen voluntariado a través de sus compañías, lo que demuestra la creciente relevancia que le otorgan las empresas a esta práctica de participación ciudadana, pues los conecta con la realidad y necesidades de la sociedad, fortalece sus equipos internos y aporta al cumplimiento de sus objetivos estratégicos”, concluye Gerlach.

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