Santiago y específicamente el casco histórico y uno de los barrios emblemáticos, como el Bellas Artes, está bajo capas de rayados y pintarrajeados varios; y más reciente el rayado es el que hicieron dos «audaces» muchachones que escalaron el ala sur del Museo Nacional de Bellas Artes para rayar la cúpula sur con letras amarillas orladas en negro. Lo hicieron a vista y paciencia de todos porque ocurrió el jueves 11 de agosto a las 17:30 hrs, la hora del té y probablemente haya sido esta la razón por la cual nadie actuó: las autoridades del Museo, la Municipalidad de Santiago, la Seguridad Municipal y Carabineros deben haber estado en su hora del té y por eso no llegaron a detener este atentado al edificio que fue inaugurado para el primer centenario de la Independencia Nacional. Pero ese fenómeno no es nuevo y se arrastra por años en la ciudad, tal como lo contamos en el reportaje de junio de 2019 «Santiago en Ruinas», es decir el abandono de la ciudad es también permanente.

Pero si se camina en el entorno, calle Ismael Valdés, Santo Domingo, Miraflores, el panorama es desolador todo rayado.