domingo, diciembre 22, 2024

La guerra fratricida sin fin en la DC: Chahín contraataca y asegura que querella en su contra es «una operación para intentar silenciarme»

La querella contra el expresidente de la Falange nos es más que uno de los últimos escalones de la larga decadencia del histórico partido. Militantes advierten de que esto no sino una de las guerras civiles finales antes de caer en la intrascendencia definitiva.

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Junto a los duros golpes electorales de los últimos años, las peleas internas en la Democracia Cristiana parecen no tener fin y, para algunos, parecen ser la crónica de la muerte anunciada de la que fue una de las más poderosas tiendas políticas del país, pero que parece destinada, en el mediano plazo, a hundirse en la intrascendencia, con sus dirigentes peleándose desesperadamente las migajas del partido que supo poner a tres de los suyos como Presidentes de la República, y dominar por largos años el Congreso Nacional.

La última de las crisis tiene por protagonista a la directiva encabezada por Felipe Delpin, que presentó una querella contra el ex convencional y ex timonel del partido Fuad Chahin, por el delito de “administración desleal”, donde se le imputa a este último el haber afectado gravemente el patrimonio del partido. 

En específico, se acusa al exlíder falangista la venta de una propiedad en la comuna de La Florida sin tener las facultades para aquello, pagando una comisión a la empresa corredora que alcanzó el 26% del valor del inmueble, señalándose además que habría intentado vender otros dos bienes, ubicados en Macul y Talagante, a precios por debajo del mercado. Siendo esta última, un espacio utilizado la realización de Juntas Nacionales de la colectividad durante tres décadas.

La respuesta de Chahín no se hizo esperar y, por medio de una declaración, acusó que la citada acción legal no es más que una “operación comunicacional” para intentar silenciarlo la querella que el partido presentó en su contra por presuntamente haber afectado el patrimonio de la colectividad.

Resulta del todo evidente el interés político de agraviarme injustificadamente, tanto así que el texto de la querella se entregó a la prensa antes incluso de ser admitida a trámite por el tribunal respectivo”, afirmó el falangista, subrayando además que “dicha querella se suma a una campaña iniciada hace ya meses orientada a afectar mi honra e imagen por motivaciones evidentes ante las diferencias de opinión política que he mantenido con la actual conducción del partido”.

Declaración de Fuad Chahin by Mario Estay on Scribd

¿La última guerra civil DC?

La Falange ha sabido a lo largo de su historia de divisiones y enfrentamientos fratricidas de los que supo salir y reinventarse. El surgimiento desde sus filas del MAPU y la Izquierda Cristiana en los convulsos años finales de los 60 y comienzos de los 70 mostró su capacidad de supervivencia.

Pero luego de la hegemonía inicial al interior de la Concertación durante la década de 1990, la DC empezó un lento proceso de descomposición.

El gusto por el poder, el desprecio de la necesaria renovación de los cuadros y su ideario político, gracias a la comodidad en el marco de la «Pax Concertation» le pasaron especialmente la cuenta. Varios militantes dejaron la vida partidaria, mientras las peleas en las altas esferas por las cuotas de poder terminaban con otros tantos expulsados. La pérdida del poder por el conglomerado de centro izquierda con el triunfo de Piñera en 2009 fue un golpe especialmente duro. El partido perdió fuerte presencia en el Parlamento, y su trascendencia se vio aun más tocada en el segundo gobierno de Bachelet.

Las elecciones municipales y de convencionales de 2021 fueron sin duda uno de sus puntos más bajos. Fuad Chahín, tras dejar la presidencia de la DC, se convirtió en la exclusiva voz del falangismo en la Convención Constitucional, pero fue una voz muchas veces incómoda para las nuevas corrientes que buscaban dominar la tienda política. El fracaso en las elecciones presidenciales de 2021, con el inestable y caótico liderazgo de Yasna Provoste (y las peleas con su ex socios socialistas) pareció el tiro de gracia, al que sin embargo lograron sobrevivir con un más que aceptable (y sorprendente) comportamiento en las elecciones parlamentarias.

Sin embargo, la campaña por el plebiscito constitucional del próximo 4 de septiembre, abrió las compuertas de odios y revanchismos ocultos. La decisión de la mesa y (una parte) de los delegados nacionales de apoyar oficialmente la opción del Apruebo desató las peleas internas, luego de evitar por una parte una consulta a las bases partidarias, donde se anticipaba una lucha más cerrada e incierta, y por otra la opción de la libertad de acción pedida por varios líderes.

El que figuras históricas del partido, encabezadas por el ex Presidente de la República Eduardo Frei (incluyendo entre otros a Ximena Rincón y el propio Chahín), se decantaran abiertamente por el Rechazo llevó a un paso en falso indirecto de la actual directiva encabezada por Delpin (y que tiene a Provoste como vicepresidenta y virtual poder detrás del trono de la tienda política) cuando cercanos a la Mesa buscaron la expulsión de dichos militantes, sin éxito, y en medio de una avalancha de críticas internas, en especial desde las bases. Pese a los desmentidos de los actuales directivos, fue un secreto a voces de su implicación.

Ahora, la jugada vuelve a repetirse, a menor escala, contra Chahín, en una nueva disputa de poder, entre un sector que prefiere colaborar desde lejos con el actual gobierno de Gabriel Boric -«amigos con ventaja» como lo definió en su momento la senadora Rincón-, y otro (ahora en el poder), que busca una relación más estrecha y, quizás, pensando en una futura adición de la tienda al oficialismo.

«Un grupo que busca darle la espalda a la participación del partido en los pasados 30 años, como si se avergonzaran de lo hecho como parte de una coalición de algunos de los más exitosos gobiernos de la historia del país«, señaló un ex directivo del partido de la época de Chahín al referirse a la actual mesa rectora DC, mientras que otro líder partidario comentó en off que «una vez más eluden lo que realmente importa en el partido, que es reconstruir la estructura de la tienda política y, sobre todo, de las bases que están abandonadas a la buena de Dios», recalcando sombríamente que «estamos próximos a caer en la intrascendencia actual del Partido Radical, con todo el respeto que me merece uno de los partidos más importantes de nuestra historia política, que actualmente más bien sobrevive, como ya lo estamos haciendo nosotros en estos momentos, mientras algunos se preocupan de su propio ego y de cobrar revanchas que solo existen en sus cabezas».

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