Por: Gustavo Norambuena, director regional para Latinoamérica de Shinka Management
Según el Servicio Nacional de Geología y Minería esta industria es uno de los principales pilares económicos del país, con una participación del 12,5% en el PIB nacional durante 2020.
Por otro lado, según el Consejo Minero, a octubre de 2021 Chile producía cerca de un tercio del cobre a nivel global (28%) y posee un 23% de las reservas mundiales. Siendo el número uno en el ranking de producción de este mineral en el mundo.
Lo anterior demuestra algo obvio, Chile es y siempre será un país minero y, como líder que es actualmente en la industria del cobre, tiene el deber de mostrar cómo enfrentar y superar los distintos desafíos como, por ejemplo: el aumento de costos, la fluctuación de demanda y de precio, los desafíos ambientales y la dificultad de acceder a recursos, la inclusión y paridad de género, la alta rotación, el trabajo eficiente basado en subcontratación y por último una cultura muy propia.
Es por esto mismo que la industria minera debe establecer nuevos paradigmas para poder encontrar la forma de afrontar los desafíos y obligaciones de su compleja industria. Un ejemplo de aquello es el cambio en el modelo de gestión y operación que siguen las grandes empresas hacia un modelo basado en el Lean Management, con el fin mejorar el trabajo de operadores y mantenedores, el desarrollo de la gestión de excelencia, control del proceso, el desarrollo de las capacidades de las personas, en la integración de la cadena de suministro y el desarrollo de empresas contratistas.
Si bien es cierto el cambio de paradigma y modelo no es cosa sencilla, hay que comenzar a tener conciencia sobre los acontecimientos que nos rodean, y tener en cuenta que los cambios con un propósito claro y compartido, bien pensados, bien ejecutados y bien comunicados siempre son para mejor.