La ministra vocera Camila Vallejo tuvo que salir a dar nuevamente explicaciones ante otro error no forzado del Gobierno, esta vez por la resolución que cambiaba el nombre de Gabinete Primera Dama por Gabinete Irina Karamanos, pero sufriendo también sus propios traspiés ante y fuera de micrófonos.

Y es que la titular del Segegob tuvo que reconocer que una resolución de esta importancia no contó con el visaje requerido antes de hacerse oficial.

Peor aún, tras finalizar el punto de prensa y cuando se dirigía a su oficina, al hacerle ver que la resolución original tiene fecha del 30 de marzo, y preguntarle si eso significaba que demoraron más de dos meses y medio en detectar el error o sólo se habían dado cuenta por la reacción en redes sociales anoche, la ministra respondió con un lacónico «no somos omnipresentes«.

Durante su comparecencia ante los medios en el salón Montt-Varas, Vallejo señaló que el fallo se había producido porque “no hubo visaje, y por eso el error administrativo”.

“Debido a este error administrativo -prosiguió-, la denominación ‘Gabinete Irina Karamanos’, ha sido sustituida, en línea con la transformación paulatina del rol de ‘Primera Dama’, por Coordinación Sociocultural de la Presidencia de la República«, siguiendo lo indicado en el comunicado de prensa previo de Presidencia.

En este punto, dio a conocer que el error “fue constatado por Presidencia, por parte del mismo equipo de Irina, y esto ha sido corregido inmediatamente. Nosotros entendemos una labor importante que ha desarrollado Irina, en el sentido de ir superando cómo entendemos la figura de la Primera Dama paulatinamente”.

“Entendemos que se haya procedido a hacer una modificación de la nominación, pero no era parte, obviamente, de la definición política que esto se personalizara, y por eso el cambio de la resolución exenta, pero también atendiendo a las funciones que se consideran importante desarrollar, que no tiene que ver solo con la responsabilidad a las fundaciones, sino que también en la proposición permanente de lineamientos que tienen que ver con la perspectiva de género, con la inclusión, la no discriminación y los pueblos originarios”, precisó.

La ministra, sin embargo, no se refirió en este primer instante a la evidente demora en la detección de un error de este calibre y no reconoció si se habían dado cuenta o no por la viralización en redes sociales.

Por otra parte, tampoco explicó cómo se podía personalizar un cargo que va más allá de la o el titular de turno, menos aún cuando se recuerdan las propias palabras de Irina Karamanos unos meses atrás al criticar la figura del cargo Primera Dama, momento en el que señalaba que «hay que darle un giro diferente y más contemporáneo a este rol. Despersonalizar y eso va a significar cambiar también la relación con el poder y cambiar también la forma en que vemos la relación con el poder y las mujeres que hacemos política».

En pocas palabras, un nuevo autodisparo en el pie de las autoridades.