El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó este lunes que las tropas rusas y las milicias de Donetsk y Lugansk luchan por su patria, por su futuro para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, para que “no haya sitio para los nazis”.
Durante un discurso en la Plaza Roja de Moscú con motivo del Día de la Victoria, que conmemora la rendición de Alemania ante la URSS en la Segunda Guerra Mundial, el Mandatario defendió este lunes la invasión de Ucrania y manifestó que fue una decisión “correcta” por parte de Moscú, al tiempo que ha subrayado que las acciones de la OTAN alcanzaron un nivel de “amenaza obvia” para la seguridad nacional del país.
Sin embargo, la jornada dejó un sabor amargo en un Putin que no pudo anunciar un gran éxito en la guerra. La resistencia ucraniana, aunque agonizante, continúa en la acerería a Azovstal en Mariupol, mientras que la anunciada ofensiva en el Donbás en más de un mes apenas ha conseguido algunos avances locales y corre el riesgo de verse derrotada ante los contraataques ucranianos sobre todo en el perímetro de Jarkov, trayendo a la memoria el cuasi colapso en la derrota en Kiev. En el mar, la marina rusa ha sufrido una serie de reveses coronados por el hundimiento del crucero Moskva.
Amenazas inaceptables para Rusia
El líder ruso aseguró que “defender el país es algo sagrado” y ensalzó que los militares rusos combaten “por la población en (la región ucraniana de) el Donbás y por la seguridad del país”.
“Hoy las milicias del Donbás junto al Ejército ruso luchan en su propia tierra (…). Ahora me dirijo a nuestras tropas y milicias en el Donbás: están luchando por su patria, por su futuro, para que nadie olvide las lecciones de Segunda Guerra Mundial, para que no haya sitio para los nazis”, destacó en su discurso en la mítica Plaza Roja.
En este contexto recordó que Moscú “propuso en diciembre un acuerdo de seguridad entre Rusia y Europa”, precisando que “Rusia pidió a Occidente un diálogo honesto para lograr soluciones razonables y de compromiso, teniendo en cuenta los intereses de todos. Fue en vano. No quisieron escucharnos. Tenían planes completamente diferentes. Podemos verlo”.
“Estaban preparando una operación de castigo en el Donbás para invadir nuestro territorio histórico, incluida Crimea. En Kiev decían que podrían obtener armas nucleares y la OTAN empezó a explorar los territorios adyacentes a nosotros”, especuló el líder ruso en su discurso.
“Se creó de forma sistemática una amenaza absolutamente inaceptable, dirigida contra nuestras fronteras. Todo indicaba que un enfrentamiento con los neonazis, a los que Estados Unidos y sus socios azuzaron, sería inevitable”, insistió.
De esta forma, Putin ha recalcado que las autoridades rusas “vieron el desarrollo de infraestructura militar, el trabajo de cientos de asesores extranjeros y la entrega regular de las armas más modernas por parte de países de la OTAN. El peligro crecía cada día”.
“Rusia dio un golpe preventivo a la agresión. Fue una decisión forzada, apropiada y correcta. Fue la decisión de un Estado soberano, fuerte e independiente”, manifestó, quien pidió además un minuto de silencio por los rusos muertos en la Segunda Guerra Mundial y los soldados que combaten en Ucrania.
Por otra parte, Putin hizo hincapié en que Rusia “nunca dejará de lado el amor por la patria, la fe y los valores tradicionales. En Occidente, aparentemente, han decidido cancelar estos valores milenarios. Esta degradación moral es la base para la cínica falsificación de la historia de la Segunda Guerra Mundial, incitando a la rusofobia, aplaudiendo a traidores y burlándose de la memoria de las víctimas”.
“Me dirijo ahora a nuestras Fuerzas Armadas y las milicias del Donbás. Lucháis por la patria, por su futuro, para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial y para que no haya lugar en el mundo para ejecutores y nazis”, comentó a continuación.
Opaco desfile
Caracterizado por años por ser un gran evento en el cual el país literalmente «echaba la casa por la ventana», demostrando su poderío militar, realzando el nacionalismo y con una enorme pléyade de dignatarios invitados desde todo el mundo, sobre todo durante al mandato de Putin, en esta ocasión los mandatarios extranjeros han brillado por su ausencia, y los medios militares son solo una sombra de los masivos despliegues previos
Ante una “operación militar especial” condenada mayoritariamente por la comunidad internacional, el Kremlin arguyó que no ha invitado a ningún líder extranjero al no tratarse de un aniversario redondo.
El desfile preveía el paso de unos 11.000 soldados participan en la parada, junto a diverso material bélico terrestre y aéreo, incluyendo unidades que han participado en la invasión a Ucrania.
Sin embargo, el paso del escalón aéreo se suspendió a último momento, por las malas condiciones climatológicas según informó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, pese a que los cielos de Moscú lucieron prácticamente despejados. La ausencia de la aviación (que también se hizo sentir en la gran mayoría de los restantes desfiles a lo largo y ancho del país) se especula es un reflejo de las duras pérdidas sufridas en la guerra, como también una decisión para mantener los cielos libres ante un posible ataque (y evitar bajas por fuego amigo).
Se esperaba, además, el paso de un destacamento de tanques de última generación Armata que, pese a su vociferado poder, aún no ha sido desplegado en la guerra (donde los tanques rusos han sufrido gigantescas pérdidas), que en las prácticas previas se redujo a tres unidades y este lunes a solo dos, especulándose que el tercero sufrió problemas mecánicos (como ha sido la tónica del modelo en años previos). Los tiros de cámara dela transmisión oficial, en todo caso, trataron de ocultar el paso de la disminuida unidad.
Similares desfiles militares tienen lugar en 28 ciudades rusas desde Vladivostok, en el océano Pacífico, hasta San Petersburgo y Kaliningrado, en el mar Báltico.