Restringir los carbohidratos y aumentar el consumo de grasas para inducir la cetosis nutricional, utilizando la grasa como energía, es la premisa de este sistema alimenticio que ha cambiado vidas alrededor del mundo.
Cuando se habla de tipos de alimentación o dietas existe mucho desconocimiento, lo que puede causar más de un dolor de cabeza, contraindicaciones o, directamente, no contar con el resultado esperado. Probablemente una de las dietas más conocidas actualmente es la Keto o Cetogénica, que se ha hecho popular estos últimos años, pero que curiosamente no es nueva ya que se comenzó a utilizar hace 100 años en pacientes con enfermedades graves, como la epilepsia, quienes obtuvieron resultados positivos al seguir este tipo de alimentación.
Más tarde la dieta Keto se hizo popular en el mundo por ser una herramienta eficaz para bajar de peso, y como estrategia auxiliar para todo lo relacionado con el síndrome metabólico como diabetes, resistencia a la insulina, ovario poliquístico, entre otros. Incluso se ha popularizado en el mundo del fitness y el culturismo porque los deportistas obtenían excelentes resultados físicos sin la necesidad de consumir excesos de carbohidratos. “Este régimen de alimentación consiste en un plan más alto de grasas saludables pero muy bajo en carbohidratos, es decir, harinas, almidones e hidratos vegetales, se restringen ya que se transforman en glucosa y su consumo excesivo desordena nuestro eje hormonal”, explica Bárbara Alamo, fundadora de Keto Club y certificada internacionalmente por Nutrition Network.
A grandes rasgos, consumiendo 10% de carbohidratos, 20% de proteínas y 70% de grasas se facilita el proceso llamado cetosis, en el que el organismo toma la grasa que se deposita en el cuerpo y la descompone para obtener energía, en lugar de almacenarla. “Existen muy pocos especialistas en este sistema de alimentación, por lo que muchas veces las personas lo han implementado a medias. Es muy importante que se asesoren adecuadamente, sobre todo aquellas con trastornos graves de alimentación, falla hepática o renal, ya que siempre debemos individualizar y analizar el contexto de cada persona”, señala la experta.
El seguir este tipo de dieta trae una gran cantidad de beneficios para el cuerpo: entre ellos el perfil lipídico, mediante la reducción de los niveles de colesterol total y triglicéridos, así como aumentando los niveles de colesterol HDL.
– Ayuda en la diabetes, ya que reduce la ingesta de carbohidratos y, por lo tanto, la necesidad de tanta insulina.
– Ayuda a normalizar los niveles de hambre, entregando una mayor saciedad a la hora de comer.
– Puede aumentar los niveles de energía, ayudando a las personas a conseguir un mayor rendimiento físico ya que la grasa es una fuente de energía mejor y más fiable que el azúcar.
– Durante la pandemia a las personas que mantenían una dieta Keto les potenció el sistema inmune y disminuyó la inflación, ayudando a prevenir los contagios.
Una de las recomendaciones es informarse y asesorarse con expertos en el tema para no caer en errores que pueden perjudicar la salud. En este sentido, Bárbara Alamo, coach certificada internacionalmente, se ha dedicado a guiar a las personas en este camino hacia una vida saludable fundando hace tres años Keto Club, el que nace “por una necesidad de expandir la información de manera seria, acogiendo a quienes quieren conocer y formar parte de un cambio real, entregándoles productos para dar los primeros pasos hacia un nuevo estilo de vida”, señala la experta.
Para más información sobre Keto Club, ingresar a su página web: https://www.ketoclub.cl/, al Instagram: @ketoclub.store.
Para más información sobre Bárbara Alamo, ingresar a su Instagram @Ketobarbara.