El renunciado comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, llegó temprano a las oficinas de la ministra Romy Rutherford para declarar, en calidad de inculpado, en el caso que se investiga por fraude al interior de esta rama de las Fuerzas Armadas.

“Siempre he estado tranquilo. He dicho públicamente que nunca he estado sobre la ley, pero que tampoco debo estar debajo de la ley. Se ha hablado sobre mi patrimonio, mi patrimonio es legítimo”, dijo a su arribo y dejando en claro su inocencia de los cargos que se le imputan.

La defensa de Martínez había intentado efectuar la declaración en la casa que ocupa que es del Ejército, lo cual fue rechazado tanto por la Corte Marcial como por la Corte Suprema, incluso trató de frenarla a través de un recurso ante el Tribunal Constitucional, lo cual no ha sido visto por este organismo.

El otrora alto oficial de la rama castrense también reprochó la actitud de la jueza, indicando que “las garantías procesales que tienen hoy los militares activos o en retiro no son tales, porque por ejemplo no se nos está permitido poder testificar en compañía de un abogado, como hoy o tienen el 99% de los chilenos”.

Martínez esta citado a declarar por las aristas “Pasajes y Fletes” y “Gastos Reservados”, debido a presunta malversación de recursos destinados a seguridad e inteligencia del Ejército, todo dentro de la indagatoria denominada “Milicogate”.

Además, recordar que el general (R) renunció una semana antes a su cargo como comandante en jefe de la institución armada durante el día que hizo su cuenta pública, debido a que no quería aparecer como el único comandante en jefe en ejercicio declarando en un juicio en calidad de inculpado.