El ministro de Economía, Lucas Palacios, calificó este miércoles como una idea «naftalínica» la propuesta de norma aprobada ayer en general en la comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional, la cual apunta a nacionalizar la minería y las empresas de explotación y exploración de bienes estratégicos.
Durante una actividad en Providencia, el secretario de Estado aseguró que «propuestas naftalínicas, trasnochadas, anticuadas, no son buenas para Chile ni tampoco son buenas para el planeta. Lo que necesitamos es mayor inversión, mayor tecnología, para, justamente, poder hacernos cargo de la contaminación que significa ciertas labores».
En ese sentido detalló que «vemos que la minería ha hecho grandes inversiones, sustantivas, en esa materia. Entonces, la verdad, en términos generales, cuando se plantean propuestas de hace 60 años, lo que vamos a conseguir son resultados de hace 60 años».
Por el contrario, la autoridad subrayó que «lo que tiene que hacer la constituyente, a mi juicio, es mirar hacia el futuro, tener un debate del siglo XXI y no un debate del siglo XX previo a la caída del muro de Berlín».
Los impulsores de la iniciativa enfatizaron que se trata de una nacionalización de los bienes de las empresas, a las que se deberá compensar por la inversión realizada, considerando las ganancias ya obtenidas por la extracción de recursos naturales.
La norma es concordante con otras dos iniciativas populares presentadas por la ciudadanía, que deberán ser discutidas ya que ambas cuentan con más de 22.000 patrocinios.
La aprobación inicial de la propuesta atrajo también las duras críticas de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), la cual consideró una «barbaridad» el avance de la iniciativa.
Quinteros le baja el tono a la polémica
Frente a la controversia desatada, María Elisa Quinteros, presidenta de la Convención, aclaró este mismo miércoles que «todo lo que tenga que discutirse será discutido y será aprobado por dos tercios o será descartado de aquí a abril».
Asimismo le restó mayor relevancia a la polémica en torno a la discusión de las propuestas de normas constitucionales en la Convención, comentando que «no es la primera vez ni será la última. Creo que es natural que se conversen los temas y eso genere reacciones, porque es la única oportunidad histórica en la democracia del país donde podemos hablar de todo sin vetos y llegar a acuerdos mediante una metodología que está consensuada, aprobada, que respeta las diferencias y que fortalece la democracia».