Cuando la política chilena, esa de las cocinas, de las comilonas, de las reuniones en cafetines y de los testaferros o controladores de los partidos políticos en decadencia parecieran ir en retirad, tras el cambio generacional y cultural que está viviendo el país, aparecen estertores tipo zombies que quieren revivir prácticas obsoletas y fracasadas como la descabellada idea del presidente de RN, el eterno candidato presidencial Francisco Chahuán, que ha ratificado el anuncio de crear un gabinte en la sombra o shadow cabinet, tan usual en una de las democracias más serías del muno como la briánica, pero impracticable en esta parte el mundo porque será usado con fin de -claramente- torpedear al nuevo gobierno.
Así, la idea de Chahuán más parece una mala copia de la también fracasada idea de la oposición venezolana ese que apoyó hasta el delirio la derecha chilena y Piñera en particular.
En este contexto rocambolesco -lo del Gebinete en la sombra- el senador por Valparaíso oficializó que Chile Vamos presentará ministros alternos a los que nombre Gabriel Boric, cuya función será fiscalizar a los secretarios de Estado, buscar diálogo con el gobierno entrante y tener voocerías en todas las materias o mejor dicho en chileno simple, hacerle la vida imposible al nuevo gobierno, de hecho, el propio parlamentario dijo que incluso propondrá usar a ministros del actual gobierno para dicha tarea después del 11 de marzo cuando Piñera y sus equipo de los «tiempos mejores» abandonde Palacio.