En los últimos estertores del Gobierno, Sebastián Piñera, ante la espantosa evidencia del fracaso de su política de Seguridad Pública, en los últimos días ha hecho gala del viejo recurso efectista (con ayuda de cierta prensa) de promulgar leyes para dar la sensación que se combate la delincuencia lo que simplemente es para -justamente- «para la tele», pero que en la realidad no sirve de mucho y la mejor muestra es que en lo que va del año ya hay 25 crímenes ultraviolentos con personas rematadas con más e 80 balazos, otros ajusticiados con métodos propios de los narcos mexicanos o colombianos o venezolanos; pero Piñera promulga leyes que no sirven para nada, tal como lo hizo hace unos días con la nueva (vieja) Ley de Control de Armas que tardó 14 años de salir de las cocinas del Congreso y que ya está obsoleta, porque los legisladores y el gobierno no tomaron nota del avance y del poder de fuego de la delincuencia importada que azota al país.
Este lunes Piñera -en su estilo de siempre- promulgó la Ley de Cierre de Calles y Pasajes para dar una supuesta mayor seguridad a los barrios o mejor dicho para que los vecinos sigan encerrándose en sus malogrados barrios para dejarles libres la calles a los delincuentes y a las bandas importadas que siembran el terror con el uso de armamento y han hecho de Chile un neofarwest, pero como Piñera usa y abusa del «show» y de las frases rimbombates dijo:
«Hemos y seguiremos haciendo todo lo quce está a nuestro alcance para poder hacer que la delincuencia retroceda y la paz avance».
Luego dijo: «Esta ley nos va a permitir sin duda tener mejores instrumentos y herramientas para eliminar o reducir los portonazos, las encerronas, las balaceras a plena luz del día y delitos macabros como los que hemos conocido en los últimos tiempos.
Piñera y su trastocada realidad sobre las cifras de delincuencia
Como era obvio Piñera aprovechó las cámaras para defener sus cuestionadas cifras de una supuesta disminución de la delincuencia: «uno observa que hay una disminución con respecto al año 2020 en el número de delitos con grave connotación social e incluso la victimización, que es el número de personas que ha sido víctima del delito ha disminuido. Sin embargo, el 84% de los chilenos percibe que la delincuencia y la violencia están avanzando y además el sentimiento de temor es un sentimiento que vive en el alma de muchas familias que tienen temor y miedo que sus hijos salgan a la escuela, que sus parejas salgan a trabajar o que puedan ir a caminar o pasear por las plazas y parques».