Aunque se suponía que las primarias de Chile Vamos aquietarían definitivamente las aguas del conglomerado oficialista de cara a las presidenciales de noviembre, la victoria (inapelable, justo es dejar en claro) de Sebastián Sichel parece haber profundizado los quiebres internos entre la «voluntad popular» y la «voluntad militante» en la derecha nacional.

Así, se ha conformado un escenario que el exministro cada vez tiene más dificultad en controlar, con militantes que encubierta o abiertamente buscan la libertad de acción para apoyar a un candidato que sienten los puede representar mejor, como es el caso del líder del Partido Republicano, José Antonio Kast.

De hecho, tras constituirse oficialmente por el Servel a nivel nacional, el secretario general de la colectividad de derecha, Antonio Barchiesi, solicitó abiertamente libertad de acción para los congresistas de Chile Vamos que prefirieran a Kast por sobre el candidato de su conglomerado. Declaraciones hechas teniendo la claridad sobre el aún no consolidado liderazgo de Sichel y el poco compromiso que despierta en un sector no menor de la alianza oficialista. Peor aún, con las advertencias lanzadas por el candidato a los parlamentarios del sector para que sigan con los lineamientos del oficialismo en el Congreso.

Los problemas con la UDI

Apenas un día después del triunfo del expresidente del BancoEstado, desde la UDI surgió el primer batacazo, luego de las polémicas publicaciones de la secretaria general del partido, María José Hoffmann, en una de sus cuentas de redes sociales, que ponían un manto de duda sobre el supuesto respaldo monolítico de las bases del partido al flamante candidato electo del sector.

No era menor que una de las máximas dirigentes gremialistas calificara a Sichel como «mal menor», y que su intención era votar por «candidatos de derecha», teniendo en claro que el ahora candidato presidencial del oficialismo procede del mundo demócratacristiano.

Y pese a las nutridas explicaciones de Javier Macaya, presidente del partido, haciendo hincapié en que “Sebastián Sichel y Chile Vamos se necesitan mutuamente” y que “somos un partido que cumplimos nuestros compromisos y nuestra palabra”), el compromiso de la UDI quedó en entredicho.

Lo anterior más aún porque incluso meses antes de las primarias, el partido ya estaba siendo víctima de los cantos de sirena incluso más a la derecha, provenientes del Partido Republicano, la agrupación encabezada por el exUDI José Antonio Kast. Una «guerra» silenciosa que en más de una ocasión el por entonces presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, sacó en cara a su par de esos momentos en la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, a quien acusaba de tratar de tapar la fuga de militantes y apoyos hacia el partido de Kast, con su pelea con él al interior del oficialismo.

Pero, como un verdadero efecto de bumerang, la fuga «hacia la derecha» terminó irónicamente también por instalarse al interior de RN, como crítica a un candidato que sienten que no los representa por no ser parte del ADN de la derecha.

¿Libertad de acción en RN?

Las aguas también están revueltas al interior de Renovación Nacional, al punto que el timonel del partido, Francisco Chahuán, recalcó tajantemente que su bancada de congresistas no cuenta con libertad de acción para las elecciones presidenciales que se avecinan en noviembre.

El senador por Valparaíso hizo especial hincapié en que el compromiso del partido está plenamente con Sebastián Sichel, al cual respaldarán “con todas nuestras fuerzas, para que sea el candidato, no solamente que pase a segunda vuelta, sino que él que gane la elección presidencial”.

Pero las declaraciones oficiales de Chahuán no pudieron esconder que un número importante de parlamentarios del partido no se sienta identificado con Sichel como candidato de la derecha para las presidenciales de noviembre, y estén optando seriamente por apoyar la opción de Kast.

La directiva ha sido tajante en asegurar que si alguno de sus actuales congresistas se desalinea en su preferencia electoral, no podrán postularse a un nuevo ciclo parlamentario a través de la lista de de Chile Vamos, según publicó La Tercera.

Sin embargo, y pese a ese panorama interno, la rumorología política señala que Eduardo Durán, Francesca Muñoz, Leonidas Romero, Camila Flores y Miguel Mellado estarían decididos en apoyar al ex parlamentario UDI. Cristóbal Urruticoechea y Harry Jürguensen, dos ex miembros del partido pero integrantes aún de la bancada, estarían alentando el desbande según se comenta en pasillos del Congreso.

Dicho apoyo, estaría respaldado en cercanías valóricas y a su domicilio político abiertamente de derecha, contrastando con el centro al que públicamente dice representar Sebastián Sichel.

Aún más, Jürguensen sostuvo que su respaldo en primera vuelta será para José Antonio Kast: “Yo me reconozco en la derecha política sin ningún matiz y esa derecha política a la que pertenezco el único que la representa es José Antonio Kast”.

En este escenario, entró a tallar nuevamente Antonio Barchiesi, quien lamentó que «el senador Chahuán no haya participado de las limpiadas, porque seguro habría obtenido medalla de oro por la voltereta olímpica que se mandó. Hace menos de un mes, exigía libertad de acción para que en RN apoyaran a Sichel en vez de un militante como Desbordes, y ahora impone a un candidato y amenazan a todos los que legítimamente se quieren desmarcar» según declaraciones publicadas por El Mostrador.

Con todo este panorama encima, Chahuán descartó que Flores, Romero, Mellado, Muñoz y Durán quisieran apoyar a Kast, afirmando que «incluso estamos organizando una reunión con nuestro abanderado para coordinar la campaña en terreno».

También respondió por qué ahora no hay libertad de acción para los militantes RN. «Hoy no hay nadie que esté pidiendo libertad de acción o que esté con Kast. Además, en la primaria nunca hubo y nunca pedí libertad de acción. Lo que existió fue un acuerdo entre la directiva y el candidato Mario Desbordes para que no se pasara a nadie al Tribunal Supremo si es que optaba a una candidatura distinta a la del partido».

«No hubo, no ha habido ni habrá libertad de acción en RN» cerró tajante, una vez, más el timonel del partido.

«Me da lo mismo»

Sichel ya arrastraba desde la semana pasada su polémica advertencia a los parlamentarios de Chile Vamos para no desalinearse de la postura del oficialismo en los proyectos que se discuten en el Congreso, con la amenaza de las penas del infierno, ignorando los llamados desde su propio sector de tratar «con más cariño» a los congresistas de Chile Vamos.

Pero con su liderazgo en peligro, y en medio de este debate, Sichel, minimizó el eventual desmarque de diputados de RN (y también de otros partidos oficialistas) hacia el sector de Kast.

“Me da lo mismo”, dijo el exministro.

“Que lo apoyen todos los que quieran a José Antonio Kast«, recalcó, añadiendo que «no hay un complejo con eso. Tenemos que preocuparnos mucho más de los problemas de las personas, no farandulizar la política, no terminar cada discusión o cada pregunta en quién apoya a quién”, afirmó.

Lo anterior apostando, quizás peligrosamente, a que tras las elecciones de noviembre habrá segunda vuelta, y él será uno de sus dos participantes, y siendo ese el panorama, los díscolos que hubieran optado por Kast finalmente terminarían igualmente votando por él.

«El mal menor», como sucedió con muchos votantes de Sebastián Piñera en la segunda vuelta presidencial de 2017 para que no llegará Alejandro Guillier al poder. «El mal menor», como señaló la secretaria general de la UDI tras las primarias del 18 de julio, para buscar una carta con alguna posibilidad de éxito para enfrentar las candidaturas de la oposición.