No dejó indiferente la propuesta efectuada por el precandidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Sichel, para usar los fondos de las Fuerzas Armadas para compra de armamento, en educación.
“No tengo ningún complejo en hacerlo«, afirmó, añadiendo que “la Defensa en Chile tiene que ser transparente en la información interna de cómo se gasta, de cómo se compra; sé los problemas que genera, pero al final hemos tenido casos de corrupción y la mejor forma de evitarlos es transparencia, sin miedo”.
El cientista político y profesor de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Fernando Wilson, señaló sobre estos dichos, que «el candidato Sichel incurre con esa afirmación en el clásico error o en la paradoja que (el economista Paul) Samuelson llamó en su momento de «los cañones o la mantequilla», es decir, optar entre «gastar» en Defensa o «invertir» en Educación«.
Al respecto, sostuvo que «eso es una falacia, en términos de que la Defensa es el único bien público de tipo perfecto, es decir, que no puede ser provisto por otro tipo de alternativa, y en un mundo convulsionado como el que vivimos requiere persistencia y un manejo de carácter estabilizado«.
En ese escenario detalló que «la Defensa, a través de su nuevo mecanismo de financiamiento -recordemos que ya no tenemos la Ley del Cobre-, tiene una planificación, horizontes de 12 años; por lo tanto, interrumpir el gasto o redirigirlo plantea exactamente lo que el candidato Sichel busca enfatizar, que es la eficiencia del gasto público y la planificación y persistencia dentro de ese esquema».
Wilson acotó que «podemos rescatar, dentro de sus planteamientos, que efectivamente la ineficiencia en la gestión pública chilena es bastante elevada, pero la Defensa pareciera ser una de las que está mejor auditada, particularmente después de los incidentes que afectaron al Ejército, y por el otro lado, tanto la Marina como la Fuerza Aérea han dado demostraciones de probidad y eficiencia en el gasto que son realmente destacables: siendo investigadas en forma intensa no mostraron deficiencias, mientras que a uno le cabe preguntarse qué es lo que pasaría si es que auditaran con la misma intensidad ministerios como -por ejemplo- Educación o Salud».
Finalmente, el analista recalcó que «plantear en ese esquema que el gasto en defensa es optativo representa simplemente un acto de inocencia y falta de conocimiento del escenario, y en el cual quizás haría bien en asesorarse por especialistas, de los cuales en Chile existen; hay una activa y muy profesional comunidad civil de defensa que le puede proveer el apoyo técnico del caso».