El cardenal alemán Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, presentó este viernes su renuncia al Papa Francisco diciendo que la Iglesia Católica llegó a un «punto muerto» en materia de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
Marx ha pedido al papa que acepte su renuncia como arzobispo de Múnich y Freising por su «corresponsabilidad» en la «catástrofe de los abusos sexuales» por parte de responsables de la Iglesia en las últimas décadas.
En una carta dirigida al jefe de la Iglesia Católica el pasado 21 de mayo, y que este jueves revela la archidiócesis de esa ciudad del sur de Alemania, Marx admite que las investigaciones sobre abusos sexuales han mostrado «mucho fracaso personal y errores administrativos«.
La renuncia del cardenal se conoce después de que la semana pasada el papa anunciara el envío de una comisión a Colonia (oeste del país) para analizar los cientos de casos de abusos sexuales a menores cometidos en esa archidiócesis.
Marx, de 67 años, agrega en su carta que esas investigaciones, que sobre todo se centraron en la última década y en lo sucedido en Colonia, demuestran la existencia «también de un fracaso institucional o sistémico«.
El cardenal agrega que el debate sobre esta polémica cuestión ha permitido ver «que algunos en la Iglesia no quisieron reconocer la corresponsabilidad, y con ello la culpa, de la Institución y se posicionaron así contra cualquier diálogo de reforma y renovación en relación con la crisis de los abusos«.
Marx considera además que la Iglesia católica se encuentra en lo que denomina «un punto muerto» y dice que con su renuncia quiere mostrar «un signo personal» para que se produzca «un nuevo comienzo» en la institución.
«Quiero mostrar que el puesto no está por delante, sino el encargo del Evangelio«, escribe Marx al papa.
Además manifiesta que en los últimos meses consideró en repetidas ocasiones renunciar al cargo y agrega: «los acontecimientos y discusiones de las últimas semanas desempeñaron solo un papel secundario«.
«Quiero dejar claro que estoy dispuesto a asumir responsabilidades personales, no solo por errores propios, sino por los de la Institución de la Iglesia a la que he contribuido y conformado durante décadas«, añade Marx.