Hoy martes 26 de enero de 2021 llegó a Chile en visita oficial el Presidente argentino Alberto Fernández, lo que nos lleva a realizar varias preguntas, partiendo por la mas obvia, que nos une con Argentina, y dos, que es lo que debiéramos hacer de cara al futuro cuando se trata de nuestro vecino transandino.
Con Argentina nos une una larga frontera la que aun no está delimitada totalmente a pesar de los años que han transcurrido, nos unen más de 210 años de historia, la que no siempre ha sido tranquila, nos unen aspectos de raza, lengua y cultura producto de haber sido colonizados por España y compartir pueblos originarios en donde el más conocido son los Mapuches, y nos une la actividad turística propia de dos países fronterizos, la que regularmente se mueve al ritmo del tipo de cambio y las restricciones cambiarias argentinas más que por otras razones, y que ahora producto de la pandemia, está absolutamente disminuida.
La columna del Embajador Bielsa en el Mercurio de Santiago es un fiel reflejo del estado de las relaciones entre ambos países y de las perspectivas futuras, las que como bien indica el diplomático, se limitan hoy en día a proyectos de telecomunicaciones. Pasaron las épocas en que las empresas chilenas invertían en las oportunidades que generaba la economía argentina cuando esta se abrió al mundo, y, al contrario, actualmente todas arrancan de las restricciones que en un principio impusieron los gobiernos de los Kirchner y ahora de Fernández.
Argentina desde hace tiempo, y excepto por el gobierno de Macri, piensa en la economía de una perspectiva socialista y cerrada, como máximo llegando a los limites del Mercosur, la punto de que no podría haber dos países mas distintos en el planeta a pesar de tener miles de kilómetros de frontera común. Chile está abierto al mundo y mirando al Pacífico, Chile no está mirando a la Argentina porque nada o poco nos pueden comprar o no nos necesitan, como tampoco los necesitamos nosotros, ya que no tienen energía para vendernos y en el resto, producen lo mismo que Chile y solo es de nuestro interés cuando el tipo de cambio hace que sus exportaciones sean insumos convenientes para la industria Chilena o los Chilenos que prefieren la carne argentina por sobre la Brasilera o Paraguaya.
Lo anterior se ve complicado además por el hecho de que son un país expansivo, el cual en las revisiones de limites ha salido ganando, y que ahora adicionalmente ha presentado una visión de los Mares Australes que se ve alterada por su interpretación de la plataforma continental expandida, la que choca con los derechos de Chile en esa zona marítima, y peor aun, intenta reforzar sus reclamaciones sobre lo que nosotros consideramos territorio soberano en la Antártida.
Tomando todo en consideración, ¿cómo debiéramos manejar nuestra relación con Argentina en el 2021 y más allá? La debiéramos manejar en la forma que se maneja una relación con un país fronterizo con el que se comparte una larga frontera, con el cual no tenemos ni tendremos mayores intereses comunes o relaciones económicas a no ser que la Argentina decida relacionarse de otra forma con el mundo, y con firmeza en lo que se refiere a los Mares Australes y nuestros derechos soberanos en la Antártida.
Cualquiera otra visión del futuro de las relaciones entre ambos países que no respete la realidad recién descrita y los intereses de ambos será solo un volador de luces, lo que no quita que unos u otros puedan viajar y hacer turismo cuando nos abandone la pandemia, pudiendo los Chilenos visitar Mendoza y Buenos Aires, y los Argentinos, veranear en la costa Chilena en los meses estivales.
Sobre el autor: Richard Kouyoumdjian Inglis, vicepresidente de AthenaLab