Las aguas no están quietas al interior del Ministerio de Defensa. Pero no se trata de una crisis de gestión, o falta de entendimiento entre las Fuerzas Armadas y el titular de la cartera, Mario Desbordes, sino más bien factores externos que estarían llevando al ministro a tener casi definida su salida de Zenteno 45.
No podemos olvidar que la llegada del exdiputado y expresidente de Renovación Nacional a esta secretaría de Estado se produjo en medio de la crisis al interior de Chile Vamos y también en las relaciones del Gobierno con el oficialismo. En medio de las negociaciones y el rayad de cancha presidencial para «ordenar la casa», parte de los acuerdos implicaron la llegada de los dos rostros líderes de RN al gabinete: Andrés Allamand a Relaciones Exteriores, y Mario Desbordes a Defensa.
Un jugada maestra del Ejecutivo según algunos, que implicó desactivar las diferencias cada vez más abiertas de ambos líderes políticos que agitaban las aguas de su partido, y que en el caso del exdiputado, lo llevaron a polemizar más de alguna vez directamente con las decisiones que adoptaba el Gobierno en medio de las crisis causadas por el 18-O y la pandemia.
De vuelta a los orígenes
Pero ahora, dos hechos fundamentales estarían empujando a Desbordes a dejar el gabinete y volver activamente a su tienda política.
Por una parte, la molestia causada luego de las declaraciones del Presidente Sebastián Piñera hace algunos días en el programa “A esta hora se improvisa” cuando, consultado por la posición del ministro de Defensa de no disponer los terrenos de las FF.AA. en La Reina y en la base aérea de El Bosque para construir viviendas sociales, respondió tajantemente: “Bueno, el ministro Desbordes es el ministro de Defensa, y yo soy el Presidente de todos los chilenos”, lo cual fue interpretado en el círculo del ministro y al interior del partido como una pública “quitada de piso”.
La segunda, más dirigida «al corazón» del aún ministro, se vincula con la crisis que está viviendo Renovación Nacional, motivada por luchas internas, los ambivalentes resultados logrados en las primarias (con la dolorosa derrota en Vitacura), y la falta de figuras presidenciables que permitan hacer el peso a la UDI al interior de Chile Vamos, y donde el propio Desbordes se había erigido como la principal carta de su partido antes de su arribo al gabinete.
Todo lo anterior tendría a sus cercanos preparando una verdadera «operación retorno», la cual podría concretarse durante el mes de enero, y que implicaría su vuelta al día a día partidario y el eventual levantamiento de su precandidatura presidencial al interior de Chile Vamos para hacer frente a las cartas gremialistas de Joaquín Lavín y Evelyn Matthei.
Un ministro bien evaluado
La eventual salida de Desbordes del Ministerio de Defensa dejaría caras largas, en especial porque su gestión ha sido muy bien evaluada al interior de las Fuerzas Armadas.
El estilo del exdiputado es radicalmente distinto al de su antecesor, Alberto Espina, principalmente por su conocimiento del sector y las particularidades del mundo militar. Así, mientras la gestión de Espina tuvo un cariz más político, el paso de Desbordes ha estado más involucrado en temas profesionales del día a día. Desde el día 1 ha recorrido el país visitando unidades de las tres ramas, ha estado imbuido más directamente en la difusión de las capacidades y planes institucionales, y tuvo una intensa labor defendiendo las partidas dentro del presupuesto 2021 en la discusión parlamentaria y las propuestas de la Dipres.
Y aunque todavía no ha tomado su decisión, ya se conoce quien sería la principal carta para relevarlo en el cargo: el actual subsecretario para las Fuerzas Armadas, e histórico militante de RN, Alfonso Vargas, quien suma una larga experiencia en el sector. No en vano integró la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y estuvo a cargo de la misma subsecretaría durante los cuatro años de la primera presidencia de Piñera.
