viernes, noviembre 22, 2024

El estricto protocolo de la Armada para prevenir contagios a bordo de sus buques

Con numerosos despliegues tanto en espacios marítimos nacionales como en el extranjero durante este año, la Marina nacional mantuvo a raya al Covid-19.

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En medio del impacto mundial por los anunciados contagios de covid-19 en la Base Antártica «Bernardo O’Higgins», se ha puesto en duda la eficacia de las medidas preventivas que posibilitaron la llegada del virus al Continente Blanco, el único que se mantenía a salvo de la pandemia hasta esta semana.

En ese contexto, la Armada de Chile, después de un acabado y acusioso estudio de las normas y protocolos vigentes a nivel nacional e internacional, ha puesto en práctica estictas medidas de prevención, a lo largo de este año, para evitar situaciones de contagio a bordo de las Unidades de la Institución.

Se trata de un protocolo de carácter público elaborado por Medicina Operativa de la Unidad Naval de Control Epidemiológico, que depende de la Dirección de Sanidad de la Armada, cuyas medidas rigen previo al embarco, de carácter general e individual, y qué se requiere al momento de embarcar en la Unidad.

Medidas preventivas preliminares

Es así que las medidas comienzan a aplicarse 21 días antes del inicio de cualquier despliegue, en el que la dotación tiene que iniciar una cuarentena denominada de Pre-Despliegue, siendo en la práctica un período de aislamiento operativo.

14 días previo a la fecha de zarpe, a bordo del buque o en un centro de recuperación institucional, se realiza este aislamiento bajo la modalidad decélulas, vale decir, tanto a bordo como en estos centros de recuperación institucional se juntan 5 personas para mantener la trazabilidad en todo momento.

De esta forma, durante el primer día de cuarentena, se hace un examen PCR de ingreso en el mismo lugar donde se está efectuando el aislamiento preventivo. A continuación, y a lo largo de todos los días de cuarentena, se extreman las medidas de aislamiento y prevención hasta obtener el resultado del examen.

Junto a lo anterior, al momento de embarcar cada persona debe llenar una encuesta con una serie de preguntas, entre ellas si ha presentado -él o alguien de su hogar- algún síntoma, si ha tenido contacto estrecho con alguien diagnosticado con Covid.

Durante la realización de la cuarentena

Los integrantes de la célula comparten el mismo camarote y no se deben mezclar con otras células. Así, durante el desayuno, almuerzo y comida también tienen que estar en la misma mesa y deben mantener entre ellos 1,5 metros de distancia.

Además, todas las reuniones para dar instrucciones o informar novedades, deben ser  efectuadas en cubierta (área exterior), o en algún lugar abierto. Cuando se hace este tipo de acciones no se efectúan por departamentos, sino que las dotaciones forman por guardias, de manera que dentro de la célula y dentro de la guardia se pueda aislar a la gente que tenga algún tipo de síntoma: si se detecta algún tipo de contagio, se aísla a la célula o guardia completa pero se evita contaminar al resto. Obviamente que estas formaciones también deben respetar la distancia de 1,5 metros y el uso de mascarillas durante todo el período en que dure la mencionada reunión o llamada.

El protocolo hace hincapié en que no se autoriza ningún evento de camaradería, no se puede practicar deporte ni en forma individual o colectiva (por ejemplo, no se puede practicar el trote porque eso disemina los microorganismos que se tiene en el cuerpo). Tampoco se autoriza a recibir ningún encargo vía delivery. En el caso de los proveedores que van a dejar cargas a los buques, como por ejemplo bebidas o alimentos, son dejados en el muelle, sanitizados por personal con la debida protección, luego de lo cual recién son cargados a bordo.

Si hay una sospecha de un contagiado con Covid, o presenta algún síntoma, ese paciente es aislado de manera inmediata en un camarote exclusivo para él; el resto de la célula debe permanecer en reposo estricto en sus respectivos camarotes, quedando aislados del resto del buque. Ellos tienen cubierto y loza de uso exclusivo para cada miembro de la dotación para evitar que se produzca contaminación cruzada. Además, se asigna un baño de uso exclusivo para ese paciente y otro exclusivo para esa célula.

De esta forma, si alguno de los integrantes de la célula presenta algún síntoma, sólo se aísla a los servidores de esa célula y no a toda la dotación de la Unidad Naval.

Ahora, durante todo el tiempo que estén a bordo se debe usar mascarilla en todo momento, especialmente en las áreas de uso común , mantener el distanciamiento físico de 1,5 metros, evitar todo contacto físico (saludo de mano, de beso, etc.); se usa frecuentemente el lavo de manos con agua y jabón y que debe incluir, como lo dispone la directiva del Ministerio de Salud, las palmas, los dedos, las muñecas y debe ser al menos de 20 segundos. Y a falta de jabón en el sector donde se esté, se usa alcohol al 70%. No está permitido usar anillos a bordo, está prohibido fumar a bordo porque lo que se expele puede contaminar al resto; tomar las precauciones al toser y estornudar.

En cada uno de los departamentos (comedores, oficinas, pasillos, etcétera), se marca la capacidad máxima de aforos permitidos; los ejercicios de comida, almuerzo y once son con turnos, con un máximo del 50% de la capacidad que tiene el departamento en cuestión.

La ropa que se envía a lavandería es almacenada y transportada en bolsas cerradas. Hay limpieza y desinfección de todos los textiles que se hace con agua caliente entre 60 y 90°C. Las sábanas se cambian al menos una vez por semana y se disponen en bolsas cerradas, individuales para su traslado a lavandería.

Manillas, pasamanos, mesas, escritorios, llaves de agua, inodoros, se lavan al menos dos veces al día con cloro doméstico y una solución que se desecha cada 24 horas.

El sistema de ventilación se pone a la máxima capacidad de funcionamiento en todo momento. Si existe algún circuito con extracción al exterior, se privilegia para que no recircule el aire, y en circuitos de ingreso de aire se usan los filtros del buque.

Así, puertas y claraboyas se trata de mantener lo más posible abiertas hacia el exterior, y se ventila al buque al menos 3 veces al día.

Las reuniones deben ser realizadas respetando el aforo y ser acotadas en tiempo.

En caso de sintomatología respiratoria, intestinal, cefalea, también se aísla en zona separada del resto.

El concepto es mantener medidas estrictas: no hay contacto con familiares, con proveedores, no hay uso de movilización de ningún tipo en esos 14 días, no hay visitas de nadie, el comandante no sale tampoco. Lo robusto del protocolo se confirma con su aplicación «de capitán a paje».

Personas ajenas a la Unidad Naval

Cuando alguien ajeno a la institución debe embarcar en una Unidad Naval, se le solicita que haya realizado un período de cuarentena en base a los protocolos sanitarios que existen, y al embarcarse presentar un certificado de PCR negativo para COVID (efectuado durante las 72 horas previas).

Desde la Armada se señala,  «que la Institución obliga a dar estricto cumplimiento de los proprotocolos establecidos por el MINSAL e INACH en el caso de la Antártica, con el fin de asegurar que las personas ingresen libres de COVID. Ahora bien, considerando que se desconoce la manera y cómo fue realizada la cuarentena preventiva, al momento de embarcarse, los pasajeros son aislados del resto de la dotación y se mantienen en dependencias apartes. Transcurridos los 14 días desde el inicio de su embarco, si en éste periodo no presentan ningún síntoma que haga creer algún tipo de contagio, pueden tomar contacto”.

Pero también hay un protocolo con todos aquellos pasajeros que circulan entre Punta Arenas y la Península Antártica, que es de la INACh, que la Armada, con las propias medidas de su protocolo, lo cumple sobradamente.

«Lo importante es que la Armada de Chile, independientemente del procedimiento naval, debe dar estricto cumplimiento al protocolo de la INACh y ese procedimiento es cumplido con creces al realizar los períodos de aislamiento en el buque», se señala desde la marina nacional.

Larga y amplia aplicación

Cabe recordar que la Armada, a lo largo de este año, ha tenido numerosos despliegues de buques, como fue el caso de la fragata «Blanco», desplegada por casi cuatro meses a lo largo y ancho del Océano Pacífico, con recaladas y operaciones en Hawaii, Filipinas, Guam, transcurso en el cual no se contagió nadie «porque no bajó nadie a tierra».

En el caso del buque escuela «Esmeralda» que desarrolló su crucero de instrucción con los guardiamarinas a bordo por tres meses y medio sin contagios, nuevamente porque nadie bajó y nadie subió.

Después, el petrolero «Almirante Montt», que estuvo en el rescate de la una familia en Panamá y luego participó en Unitas, y no hubo nadie contagiado.

En el caso de las fragatas llegadas desde Australia, antes del zarpe se aisló a las tripulaciones a bordo, los 14 días con este mismo sistema y nadie llegó contagiado. En este contexto, sin embargo, se registró un contagio masivo previo en medio de la pandemia en el país oceánico, donde las infecciones fueron producto del constante traslado del personal que estaba en los cursos en tierra, moviéndose permanentemente entre el hotel y los buques. Cuando se registraron los primeros contagios, se aplicó el actual protocolo naval en forma íntegra: se dividió al personal por células, fueron enviados a hoteles en tierra, se sanitizó todo el buque (que quedó vacío), y una vez que cumplieron su cuarentena en los hoteles con PCR negativa, recién se embarcaron en los buques, por células por guardias, 14 días y nadie volvió a contagiarse.

Y actualmente, hay numerosos buques operando, que están con la fiscalización de los buques pesqueros chinos; apoyando a la isla de Pascua y Juan Fernández, y el desarrollo de la Patrulla Antártica, sin registrarse ningún contagio, gracias a la aplicación estricta del protocolo.

De hecho, la única vez que se han registrado contagios a bordo de un buque, aplicando el protocolo, fue cuando llegaron pasajeros externos.

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