Entre tanto, en Estados Unidos había preocupaciones sobre que las protestas generalizadas por la muerte de George Floyd, un hombre negro fallecido después de que un policía blanco le presionara el cuello con la rodilla cuando estaba esposado sobre el piso, pudieran provocar nuevos brotes en un país donde el virus ha afectado de forma desproporcionada a las minorías raciales, señala un cable de AP.
Además, una nueva estimación de la Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió que el daño a la economía más grande del mundo podría ascender a casi 16 billones de dólares en la próxima década si el gobierno no trabaja para mitigar el golpe.
“Claramente la situación en muchos países suramericanos está lejos de ser estable. Hay un rápido aumento de los casos y esos sistemas están bajo una presión creciente”, dijo Mike Ryan, de la OMS
Los expertos están preocupados por lo que está pasando en América del Sur.
“Claramente la situación en muchos países suramericanos está lejos de ser estable. Hay un rápido aumento de los casos y esos sistemas están bajo una presión creciente”, dijo Mike Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias de la Organización Mundial de la Salud.
Algunas de las ciudades más afectadas de Brasil, incluida la metrópoli selvática de Manaos y la costera Río de Janeiro, estaban empezando a reabrir. Brasil ha reportado más de 526.000 casos del virus, sólo por detrás de los 1,8 millones reportados en Estados Unidos.
Por su parte, el gobierno boliviano ha autorizado la reapertura de la mayoría del país, mientras que Venezuela ha retirado restricciones. Los aeropuertos de Ecuador reanudaron los vuelos y los clientes volvían a algunos centros comerciales de Colombia.
Más la norte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador inició el lunes el regreso del país a la “nueva normalidad” con su primer viaje por carretera en dos meses, mientras la nación empezaba a retirar parte de las medidas contra el virus.
López Obrador dijo haber tomado todas las precauciones necesarias en su viaje -haciendo 1.000 millas por carretera desde Ciudad de México durante el fin de semana, en lugar de viajar en avión- para promocionar la construcción del Tren Maya, uno de sus proyectos bandera de infraestructura.
En Corea del Sur subieron los casos nuevos el martes. Las zonas en torno a Seúl vetaron las reuniones y las autoridades instaron a los feligreses y algunos trabajadores sanitarios a evitar las multitudes.
La Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos emitió una nueva estimación señalando que en la década a terminar en 2030, el PIB total podría ser 15,7 billones menor de lo que se había previsto en enero. Eso supondría perder un 5,3% del PIB en la próxima década.
Tras ajustarla a la inflación, la producción perdida ascendería a 7,9 billones de dólares, según la oficina, una pérdida del 3% del PIB ajustado a la inflación.
La oficina lo describió como una “rebaja significativa” en el PIB como resultado de la pandemia.
“Se espera que los cierres de negocios y medidas de distanciamiento social limiten el gasto del consumidor, mientras que se estima que el reciente descenso en los precios de la energía reduzca gravemente la inversión en el sector energético”, dijo en una carta el director de la oficina presupuestaria, Philip Swagel.
Por otro lado, un nuevo reporte indicó que al menos un cuarto de los muertos por COVID-19 en Estados Unidos vivían en residencias.
El reporte, preparado para los gobernadores de Estados Unidos, indicó que casi 26.000 internos de residentes han muerto por el virus, una cifra que es sólo parcial y que probablemente aumentará.
Los Centros de los Servicios Medicare y Medicaid y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CMS y CDC, por sus siglas en inglés) reportaron 60.000 casos de coronavirus entre internos de residencias, según una copia de una carta dirigida a los gobernadores y una gráfica que la acompañaba, y que fue proporcionada a The Associated Press.
Los datos se basaban en reportes recibidos de aproximadamente el 80% de las 15.400 residencias hasta el 24 de mayo. Pero algunos estados con altas tasas de mortalidad en residencias parecían tener un índice menor de respuestas al sondeo, que pretendía servir como un primer paso para hacer cambios de normativa.
“Estos datos, estos reportes de casos en todo el país, claramente muestran que las residencias se han visto devastadas por el virus”, escribieron el director de los CDC, Robert Redfield y la administradora de los CMS, Seema Verma.
En todo el mundo se han reportado más de 6,2 millones de infecciones, con más de 375.000 muertos, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Se cree que la cifra real de muertos es significativamente mayor, porque muchas personas murieron sin que se les hiciera la prueba.
En Estados Unidos, las protestas por la muerte de Floyd, producida el 25 de mayo en Minneapolis, han remecido a ciudades desde Nueva York a Los Ángeles, y muchos de los manifestaciones no llevaban mascarillas.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, expresó su preocupación porque las protestas en la Ciudad de Nueva York pudieran poner en peligro la larga y dura batalla para contener la pandemia en uno de los lugares más afectados del mundo.
“Enciendes la televisión y ves estas reuniones masivas que podrían estar infectando a cientos y cientos de personas después de todo lo que hemos hecho”, dijo Cuomo. “Tenemos que tomarnos un minuto y preguntarnos, ‘¿qué estamos haciendo?”