Uno de los acontecimientos más importantes de la historia nacional sucedió aquel 21 de mayo de 1879 en las costas de Iquique y Punta Gruesa. Hecho que merece ser recordado en el presente y esta crónica es el inicio de un especial para dar cuenta de estos acontecimientos.
Con el fin de efectuar un contexto, la Escuadra Nacional estaba al mando del almirante Juan Williams y su plan era bloquear el puerto de Iquique a fin de privar de recursos al Perú y obligar a su escuadra a un enfrentamiento naval con nuestra Armada.
Tras algunas discrepancias con el gobierno, finalmente Williams Rebolledo decidió entonces un ataque al puerto peruano del Callao con el fin dar el primer golpe. Así entonces durante la jornada del 16 de mayo la escuadra zarpó rumbo a su objetivo, quedando en la bahía de Iquique a cargo del bloqueo los buques más débiles: La corbeta «Esmeralda» y la goleta cañonera «Covadonga», naves que habían cumplido su vida útil, curiosamente unidas desde la Guerra contra España.
Cabe recordar que la “Esmeralda” capturó a la “Covadonga” en el Combate Naval de Papudo del 26 de noviembre de 1865, enfrentamiento en que se destacó el joven Guardiamarina Arturo Prat. A las dos naves citadas se les unió el transporte «Lamar”.
En paralelo en el Perú, el presidente General Mariano Ignacio Prado decidió zarpar el mismo 16 de mayo con la escuadra a Arica, justo en momentos en que la Escuadra Nacional zarpaba desde Iquique rumbo al norte. La paradoja de este contexto es que ambas escuadras se cruzaron en altamar sin que se avistaran.
A su llegada a Arica, el Presidente Prado fue informado que en Iquique estaban las dos naves chilenas y aprovechando esta oportunidad, ordenó que los blindados Huáscar e Independencia, respectivamente, se dirijan a Iquique y entablen combate para su captura.
En tanto la noche del 20 de mayo, los oficiales de la Esmeralda, encabezados Arturo Prat, Ignacio Serrano, Ernesto Riquelme entre otros, compartían un momento de camaradería. Seguramente evocando recuerdos y conversando sobre lo que sucedería con la Escuadra Nacional en El Callao. Es posible que en esa reunión no sospechaban sobre los acontecimientos de la jornada siguiente, donde sin pensarlo, pasarían a la inmortalidad.