Los dichos de la subsecretaria paula Daza y su irresponsable frase en que la nueva normalidad permitiría juntarse a tomar un cafecito y otros desatinos dichos por el propio ministro de Salud, Jaime Mañalich, más los llamados oficiales a «regreso seguro» más la porfía contumaz de una ciudadanía que simplemente no le cree a las autoriadades y los discursos oficiales erráticos le han pasado la cuenta al región capital chilena que está literalmente asediada por el Coronavirus, aunque la letlidad sigue siendo baja, la tasa de contagios es altamente peligrosa.
Así, los últimos datos entregados por el Ministerio de Salud que dieron un total de 2.660 personas confirmadas con CORONAVIRUS en las últimas 24 horas, hace pensar que el discurso del Gobierno sobre una “NUEVA NORMALIDAD” para reafirmar la posibilidad de retornar a los puestos laborales, clases y apertura del comercio se está cayendo a pedazos y complica la perorata del Ejecutivo para entregar un cierto grado de seguridad ante la pandemia que asola al mundo.
La arenga que ha mantenido el Gobierno desde que se dio el primer caso de COVID-19 en el país, en Talca, Región del Maule, el pasado 3 de marzo, ha sido de mantención del orden, de estar preparados para enfrentar la pandemia, de la adquisición de ventiladores, exámenes PCR para detectar el virus, incluso de utensilios para los profesionales de la salud que enfrentan día a día la enfermedad en los distintos consultorios y hospitales, ha sido la tónica hasta ahora, más de dos meses después.
Incluso, desde esa fecha la entrega de información ha sido constante como también el aumento exponencial de casos de contagios y de fallecidos producto del virus que ya en el mundo lleva más de 4 millones 327 mil personas infectadas y 295 mil muertos. Todos los días, la ciudadanía y especialmente los medios de prensa esperan el reporte de los nuevos casos y decesos, en una especie de sutil morbo ante la posibilidad que los números se disparen a cifras como las conocidas en Italia, Estados Unidos o Brasil.
Hay que recordar que el pasado 24 de abril, el propio Presidente Sebastián Piñera habló de un “RETORNO SEGURO”, concepto acuñado para referirse a la nueva fase que enfrentaba su Gobierno para el combate del COVID-19.
“Nos estamos preparando para la nueva normalidad, para el retorno seguro. Necesitamos a los empleados públicos, a los sanos, jóvenes, para así estar preparados«, dijo en aquella oportunidad.
A lo anterior también hay que mencionar la orden entregada a los funcionarios públicos para que regresaran al trabajo presencial a los distintos servicios y ministerios a lo que se suma la insistencia del Ministerio de Educación para que los escolares retornen a las aulas.
El argumento esgrimido por las autoridades apunta a la “pandemia del desempleo”, ya que el propio mandatario aseguró que el mundo y Chile enfrentarán la “peor recesión en 100 años”, lo cual se traduciría en más de un millón de chilenos sin fuentes laborales.
A pesar de todos los parabienes que daban las autoridades en cuanto a enfrentar el CORONAVIRUS, las cifras que ha dado a conocer estas últimas semanas el Minsal demuestran que no se ha logrado aplanar la curva y menos que hemos entrado a un periodo de “NUEVA NORMALIDAD”, ya que los contagiados siguen y siguen aumentando día tras día.
A los números se incorpora también la última medida adoptada que es de una cuarentena total en el Gran Santiago que afectará a más de 6,5 millones de habitantes y la explicación dada por la vocera, Karla Rubilar, no deja de ser increíble: “Hoy es necesaria dada la cantidad de contagios positivos que estamos teniendo en el día y la estamos tomando antes de que el sistema de salud colapse, que funciona como un gran hospital”.
Y es que de sus palabras se deslinda que el sistema de salud, aquel que el ministro Jaime Mañalich, se ufanaba de ser la “mejor del planeta”, podría colapsar si no se pone un atajo fuerte y decisivo para frenar el contagio.
Incluso dentro de La Moneda, el Palacio que congrega al Poder Ejecutivo, ya ha dado muestras que el virus no respeta nada ni a nadie, porque a los Carabineros de la guardia presidencial ahora hay casos en la prensa acreditada que han dado positivo al mal que aflige a todo un planeta.
De esta forma, el CORONAVIRUS está causando estragos en el Gobierno y su discurso, ya que al parecer no se está dando el ancho para controlar la pandemia como ya lo hicieron algunos países, pero que está en la incertidumbre ante la segunda ola de brote del mal como ya lo están atravesando las naciones que primeramente enfrentaron el virus con miles de muertes.
Esperemos que ahora y con esta nueva medida sanitaria restrictiva de libertades, la cantidad de infectados pueda bajar y así poder controlar el avance de la infección que literalmente tiene en “las cuerdas” al Gobierno.